jueves, 23 de febrero de 2023

Apuntes sobre Paisaje con figura, de Inés Aráoz




Inés Aráoz, Paisaje con figura, Editorial Leviatán, 2022.




por Diego Roel
Especial para El Desaguadero

Cómo hablar con esta
Lengua de papel

Vasko Popa


1

Me piden que reseñe el último libro de Inés Aráoz.
Me piden una reseña.
Corta o larga, me dijeron. Muchas o pocas palabras.
Me siento y escribo. 
Recuerdo Imprólogo, el poema que Octavio Paz le dedicara al poeta serbio Vasko Popa. Y desde una profunda obstinación me pongo en movimiento para crear, a mi manera, algo a partir del sueño. 


2

El sol poniente sobre la mesa baila. 


3

Pero, cómo hablar del puro peso
Que se alarga hacia los cielos
O bien se enancha
Siempre hacia lo antes y lo sin nombre


4

Cierro los ojos y al pie de la Casa-barco la veo,
debajo de la paciencia de las estaciones:
Inés Aráoz,
cazadora, buscadora incansable del oro del poema.

Me siento y recomienzo mi prosa
una, dos, tres, cuatro, cien veces.
Escribo la palabra-llave: ptitzja.

No hay nadie a la vista,
sólo este Paisaje con figura.


5

Lo que digo engendra un texto, 
lo disipa.


6

Anoto para mi reseña: 
«La intención de Inés Aráoz es, siempre, 
hablar de lo que no se puede hablar.
Ella conoce el secreto de la gracia,
las claves del juego secreto. 
Conoce los intersticios del sentido».

Mientras escribo estas palabras
un lejano sonido de campanas
cubre mi escritura.

Entonces me repliego, retrocedo.


7

Esto que escribo nunca podrá ser 
una reseña.


8

De pronto, con el entrecejo, frente a mí,
otra vez la veo. Y ahora sé, comprendo:
Inés Aráoz cuando escribe, VE.

Sí, la guían grafos de luz, seres alados,
ráfagas de sendas, grandes vientos.

La guían flamas de incendio, tornados,
carbones del cielo.


9

En mitad de esta página me detengo
y digo: Paisaje con figura.

(¿Es la presentida forma del amado 
la que responde desde el centro del poema?)

Me siento y recomienzo.
Una, dos, tres, cuatro, cien veces.

Desde una profunda obstinación 
me pongo en movimiento para crear, 
a mí manera, algo a partir del barro.

Escribo: 
Sea la palabra
En flagrancia pura
Ardiendo.





Tres poemas de 
Paisaje con figura
de Inés Aráoz



Intersticiales de Zurita

Oh cómo me gustó 
Suspender mi paso 
En el desierto verde de Atacama

Entre las líneas de Zurita 
Estaba yo 
Cuando asomando un encendido balar 
En mis oídos 
Suspendido mi paso 
Se quedaba 
Y de buena manera 
Volvía a mí 
La aguzada faz del gliptodonte 
Sobrevolando 
El cuarteado salar de Uyuni

Sean todos juntos los desiertos 
Uyuni, el Atacama, el Gardaia 
O el lecho seco del Salado 
Sólo en ellos la sed se sacia 
Y el paso suspendido 
En vuelo se alza

Para mí fueron siempre 
Las montañas 
Es cierto 
Pero cómo soslayar 
El desierto verde de Zurita 
Y el resonar de esos balidos 
Descuajada la montaña

Alados gliptodontes blancos 
Hacia mí otra vez corrieron 
Rosetones de sal 
Estampando sus corazas

No era que de ovejas 
Nadie hablara 
En sus dichos se advertía 
Que Zurita las veía 
Y a tanta atención 
Sólo un nombre cabe 
Y es que las amaba


Maestro 

Siempre supe, Maestro 
Que sólo vería lo que mi ojo 
Estuviera preparado para ver 
Y que mi pequeña medida 
No es en verdad pequeña 
Sino la mía 
Esa porción de semejanza 
Que alcanza más o menos luz 
Según los días 
Y que a todos nos emparenta 
En tu imagen 
Ya cumplida


Otra vez

Punto, sí 
En su totalidad 
Flamígero 
El poema 
Ardido, no! 
Ardiendo 
Suspendido el paso 
Y aún en ese instante 
Ya cumplido 
Mis hombros hoy 
O los tuyos
Sea el mundo 
O lo antes
Lo mucho antes, sí 
Sea la palabra 
En flagrancia pura 
Ardiendo

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