Fabián Almonacid |
por Hernán Schillagi
Intro
La sección consiste en que los poetas nos respondan tres preguntas (tres
versos tiene el haiku), que están referidas a las tres características
esenciales –según Matsuo Basho– del haiku japonés: «en este momento, en este
lugar, atravesados por una reflexión».
Fabián Almonacid nació en Mendoza en 1972. Estudió la Licenciatura en
Letras en la Facultad de Filosofía y Letras (UNCuyo). Trabaja como corrector en
el Diario Uno. Bajo el heterónimo de Antonio Nogueira publicó en 2005 Trampas de la noche, por la editorial
Libros de Piedra Infinita. Allí aparecen una treintena de poemas breves,
intensos, de alto voltaje lírico, pero con la hondura del que sabe que la
palabra es siempre una trampa abierta en la oscuridad. En estas tres respuestas nos irá revelando las
diferentes máscaras que utiliza para atravesar la poesía.
1/En este momento
–¿Después de la publicación de Trampas de la noche, ¿qué direcciones tomó tu escritura poética? ¿Estás preparando un nuevo libro?
–¿Después de la publicación de Trampas de la noche, ¿qué direcciones tomó tu escritura poética? ¿Estás preparando un nuevo libro?
–Luego de Trampas de la noche, ya que me había
acostumbrado al poema breve y no había camino que seguir por ahí, salvo el
silencio, según el precepto de la poesía pura; la profesora Cristina Salatino, quien es desde
siempre «la mano que escribe sobre mi mano», me recomendó ejercicios de amplificatio: «lo que dijo en una línea
debe decirlo en cuatro», era la propuesta. Así fue que tomé primero poemas que
había escrito para «extenderlos» y luego, como me aburrí con los míos y me
resultaba muy complicado, opté por tomar poemas de poetas en serio. De ese modo
lúdico aparecieron muchos que he dado en llamar «variaciones», porque son «ejercicios
intertextuales» conscientes y evidentes. Básicamente, consiste en leer un poema
o conjunto de ellos y, al mismo tiempo, ir elaborando una escritura paralela.
Una especie de «improvisación» sobre una base melódica ya existente. De ese
modo pude escribir unos 40 poemas, todos con la misma particularidad.
Eso
sucedió hasta 2008, cuando dejé de escribir. Este año he retomado y tengo
varias ideas en carpeta. Quiero
escribir «libros», es decir, tomos que tengan un eje aglutinador claro. Diez,
quince poemas que pueda publicar en internet. Entre ellos, la idea es concretar
viejos anhelos, como un libro que he rumiado años y años sobre números y otro,
que tendría alguna semejanza con Variaciones,
relacionado con una intertextualidad bíblica. También estoy trabajando en una
serie de personas que leen, con título tentativo de Gente leyendo, y otro relacionado con un texto de Derrida que se encarga de analizar las
implicancias estéticas e ideológicas que supone escribir con dos manos, con el
auge de las computadoras. ¿Qué viene a decir esa mano que estuvo apartada del
proceso creativo durante centurias?, ¿cómo son los poemas escritos en una
pantalla?, ¿qué supone la facilidad de borrar, no tachar, en los textos que
escribimos cotidianamente?
2/En este lugar
–¿Cómo es tu relación con la poesía actual de Mendoza? ¿Tenés en claro alguna pertenencia estética o generacional?
–¿Cómo es tu relación con la poesía actual de Mendoza? ¿Tenés en claro alguna pertenencia estética o generacional?
–Hace unos años participé en algunos ámbitos, pero ahora ya no, aunque gracias a varios blogs estoy en contacto con poetas que trato de seguir, como vos, Dionisio Salas Astorga o Rubén Valle, por ejemplo. Además de Pablo Gullo, aunque es narrador. No creo pertenecer a ninguna generación ni grupo con una misma estética en particular.
3/Una reflexión
–En tu obra utilizaste un heterónimo para publicar y has escrito Variaciones, un libro que interviene poemas de autores renombrados ¿Existen, además, procesos de ficcionalización en tu poesía?
–En tu obra utilizaste un heterónimo para publicar y has escrito Variaciones, un libro que interviene poemas de autores renombrados ¿Existen, además, procesos de ficcionalización en tu poesía?
–Variaciones es
propiedad del heterónimo Francisco Robles, un español remolón que escribe
mientras toma café por las mañanas. Muy distinto del Antonio Nogueira que
escribió Trampas de la noche. Una
forma de explicar esto podría resumirse en estos cuatro conceptos:
1.El uso (ficcional) de heterónimos responde, en
primer lugar, a una forma concreta de dejar en claro la fuerte influencia que
lo literario tiene sobre lo que escribo, mucho más que lo anecdótico o
meramente biográfico. Unos versos leídos al azar en cualquier libro me
inclinan al papel mucho más que un sentimiento o un paisaje. Podría decir que
el 90% de mis poemas están basados en palabras, frases, climas provenientes de
la literatura. Es obvio, entonces, que el modo de presentarme ante los demás
sea basado en un artilugio literario.
2. Antonio Nogueira es parte del nombre verdadero de
Fernando Pessoa, ya que su nombre completo es Fernando Antonio Nogueira Pessoa.
Seguramente él no sabía que hasta su propio nombre encerraba también un
heterónimo. Y me gusta pensarme así, como un heterónimo tardío de Fernando
Pessoa, como dice Santiago Kovadloff.
3. «Si el artista debe asumir una actitud exterior
cualquiera, como de todas maneras será falsa, que por lo menos sea
exageradamente falsa, evidentemente ilusoria. Es un homenaje al escepticismo
del interlocutor». Esta frase aparece en un ensayo de Juan José Saer. Y me
parece que define de manera precisa el «chiste» de los heterónimos. Como los
carteles que colocaba Brecht en sus obras de teatro del tipo: «No ponga esa
cara de tristeza, esto es sólo teatro». Al llamarme Nogueira, les estoy
advirtiendo a los que leen, y hasta a mí mismo, que lo escrito es sólo
literatura. Aunque duela.
4. Y por último, si cabe alguna duda, lo que decía un
personaje de Pío Baroja: «como el andaluz a quien le preguntaban si era Gómez o
Martínez y contestaba: es igual, la cuestión es pasar el rato».
Algunos poemas de Fabián Almonacid
14
Descansa en el viento
una blanca presencia de luna.
Anzuelos de sombras
penetran el sueño de los hombres.
Duerme solo
ajeno al poema.
23
El asombro del niño
perdido en la noche.
Sin hombros
padres
aplausos
ni mar.
30
En la profundidad de la noche
se deja adivinar
la sorda lucha
–peso muerto
apagado eco–
Careces de todo lo que nombras.
de Trampas de la noche (2005)
*
Fugacidad / variación Arrieta
Contrafiguras a través de un espejo:
bruma del sueño indolente y firme
que despierta al tumultuoso día
como un raso cerrar de malogrados ojos.
Es la noche sin astros, una túnica
de invisible desdén, de compás mudo.
Duplicado abrazo, imagen fugitiva:
noches doradas armonizan en la ventana.
¿Vive aquel? ¿Vivo yo? ¿Vivimos?
Renace el tenebroso trueno de la soledad:
ser dos en uno, uno mismo dividido en dos,
la improbable unidad de la lucidez.
Estepario y las ovejas / variación Hesse
Lobo perdido
entre nosotros
que yerra en
las ciudades
hacinadas de
rebaños.
Lobo que no se
sabe lobo
sosegado
instinto que se afana
con violencia
hacia adelante.
Lobo sin arma
ni grito de combate,
altivo, procaz,
procesión en pos
de una
redentora materia humana.
Aunque una
noche impostergable,
cegado de
plata, reclamos y celo,
nos dedique una
única mirada primitiva.
de Variaciones
(inédito)
*
Adiós
Los
viajeros no mienten,
sólo lo
hacen los establecidos,
los que
hacen viajes cortos
y deben
ver a las mismas personas,
a sí
mismos,
todos los
días.
Certezas
Después de tantas noches sin escribir
sin encontrar la gracia prometida,
ni la semilla de la calma,
ni la raíz de la indolencia,
sólo oyes el despertar ocioso de las cosas.
Y tiendes a creer que en este río sin márgenes,
revuelto de camalotes sin sentido,
no queda nada,
nada encontrarás,
desvanecido a fuerza de ir a tientas…
Pero, como siempre, estás errado.
de Poemas inéditos
7 comentarios:
Emocionada por tu poesía, emocionada por la verdad del reportaje, emocionada...Gracias Fabián por tu entereza, y la ternura.
Me encantó este reportaje, aunque las lecturas de Fabián sean un tanto machista ya que no leí ni una autora entre sus admiraciones, excepto a la Profesora Salatino que ha escrito palabras poéticas en el lienzo de nuestras almas. Además de la honestidad, manifiesta en sus "variaciones" y de su persistente mirar filosofico. Gracias Hernán por tan profunda entrevista.
¿ Qué significa "acinado", sr. corrector?
Gracias por la observación. Ya se corrigió.
Gracias, Hernán, como dice bien Flezica, la verdad sale del reportaje. Marisa, no seas tan peliaguda, todo lo dije antes de conocerte... Y anónimo/a, acinado significa que, a pesar de la mala leche, te detuviste en cada palabra buscando el error. Ojalá esa deferencia te sirva de algo...
Fabián Almonacid
Un autor algo flojo e irregular a mi parecer. Bacano blog.
Saludos.
Jorge Ampuero: todo bien con tu comentario desalentador, pero sumale argumentos, al menos. Serán bien recibidos.
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