sábado, 19 de noviembre de 2011

La plenitud de un instante

  
La plenitud, Cladia Masin. Hilos editora, 2010, 52 pág.

por Fernando G. Toledo

Platón estableció el curso del pensamiento con los conceptos de progressus y regressus. El regressus nos lleva desde los asuntos concretos hasta las ideas y luego, desde el análisis que éstas nos permiten, podemos hacer el progressus nuevamente hacia los fenómenos de que partimos.

A la derecha, Masin brinda por La plenitud
Ese fluir parece abrirse ante nuestros ojos en La plenitud, último libro de la gran poeta Claudia Masin, autora de la vista (2002) y Abrigo (2007). Si casi cada poema propone una idea desde los universales (La gracia, La lluvia, El mundo, El descanso), sin embargo los textos nos llegan desde la carnal contundencia de lo particular, físico y corpóreo.

La autora pone aquí fragmentos, partes de sus días, de sus recuerdos, objetos del paisaje con que convive, y su interlocutor o interlocutora espera desde lo tácito. Una espera que, sin embargo, no parece pasiva, sino cómplice, pues cada letra de cada poema está escrita para ser exhibida, mostrada, obsequiada a ese o esa que allí la lee, la oye.

Y lo que le dice y nos dice Claudia Masin es que plenitud no significa necesariamente completud y por ello no importa –nos repite– tener lo que hemos buscado: basta apenas con tocarlo. Pero, claro, sin ese roce, sin ese tacto, nada será pleno, pues «De qué sirve / una belleza material que no pueda tomarse entre las manos / como una piedra y ser llevada siempre encima del cuerpo», como canta en El talismán.

Por eso, por todo eso, es tan sólido este libro. Porque con él la autora rescata los instantes en que acaso alcanzó, breve y fugazmente, esa plenitud. Porque contempla esa plenitud y la revive en palabras. Y así los lectores nos sentimos «como animales que han luchado demasiado por su vida, / no sabemos qué hacer con la alegría, y si llega, / seguimos huyendo para salvarnos».


Dos poemas de  
La plenitud
por
Claudia Masin


EL HÁLITO

Pero los miedos, las ilusiones infantiles no tienen evolución
ni progreso, son hálitos que sostienen la vida,
pequeños círculos de aire que nos rodean como una órbita
de la que no se puede salir porque no hay nada fuera de ella,
el vacío, el espacio exterior donde flotan los planetas
y nadie podría respirar, mantenerse en movimiento.
Quisiera que entiendas. Lo que se hace al huir del amor
es huir de ese hálito, y entonces lo imposible sucede:
la propia vida queda en suspenso y conocemos la libertad
de los que nunca han existido o de los muertos.

*

EL DESCANSO

Y hay, entre todos los que se aman, algunos que no pueden
lograr el descanso en los brazos del amado. A esos,
la serenidad del corazón no los alcanza, y les toca el trabajo
constante de inventar -para poder saber el uno del otro-
un lenguaje de señas semejante al de los barcos
que a través de luces o sirenas se llaman en la noche,
a veces se responden, otras veces se ignoran y se vuelven
solitarios y callados como las criaturas
del fondo del mar.

6 comentarios:

Ivana Tagua dijo...

Felicitaciones por su Blog, es muy interesante la propuesta de trasladar la literatura a un campo masivo como lo es la tecnología, esto permite la difusión de la buena poesía y dar lugar a personas para que expresen sus producciones y también compartir junto a ellos nuestra criticas constructivas. El blog apuntó a lo regional que muchas veces se difunde poco y gracias al mismo podemos ahondar en lo propio y saber que nuestra literatura mendocina también existe. Saludos atentamente!

Ivana Tagua dijo...

El poema "El Hálito" es muy bello, deja en claro que cuando existe el amor se deja de lado esos círculos de aire de lado, nos retiramos de ellos para vivir nuevas emociones dejando atrás todos nuestros temores, miedos y liberarnos. Salir del hálito y suspenderse en el aire que está por encima de el puede causarnos la felicidad.

maby arce dijo...

Bellísimos Claudia!

Marisol Segovia dijo...

Estoy estudiando la carrera de Letras y sinceramente puedo decir que esta revista me encantó, ya que me resultó agradable la lectura de sus textos, notas, poemas.
Considero muy importante poder tener una revista literaria de consulta de notas, poemas.
He leído muchos poemas interesantes y reflexivos, de su lectura llegué a la conclusión que la poesía acerca mundos, disminuye brechas, y crea nuevos horizontes para comprender la realidad que nos toca vivir.
También aprendí que la poesía no se alejaba de mí,siendo complicada, sino que yo me alejaba de ella, no entendía sus versos, no tuve la intención de conocer su mundo.
Pero después de haber leído varias secciones de la revista pude entender muchos poemas. Gracias. Pude reflexionar sobre diferentes temas: el amor, el encanto, la belleza, la misma poesía, la realidad,etc.
Muchas Gracias por acercarme a este hermoso y encantador mundo poético.

Hernán Schillagi dijo...

Ivana: creo que con la aparicipon de la web 2.0 donde cualquiera puede subir sus contenidos se acabaron las excusas. Cuánto habíamos llorado en el pasado. Somo una provincia alejada, nadie nos tiene en cuenta, hay que irse a Buenos Aires y tantos lamentos por el estilo.

Por eso me encanta esta posibilidad de tener una tribuna, una ventana y hasta una puerta aquí para publicar, difundir, debatir y criticar (con la responsabilidad del caso, obvio).

Gracias por el aliento. A esta altura del año hace falta.

Hernán Schillagi dijo...

Marisol: es claro que la poesía siempre nos espera. Es paciente y de brazos abiertos.

Gracia por tus comentarios hacia la revista. Es un desafío constante. Difundir la poesía, pero ponerla en tensión y crítica reflexiva. Comentario, entonces, como el tuyo nos ayudan a seguir yendo más allá.

Seguí atenta a las publicaciones y nosotros siempre esperaremos tus opiniones.