lunes, 21 de noviembre de 2016

La historia de un poema de Sergio Pereyra


por Sergio Pereyra *
(Especial para El Desaguadero)
A la manera de una sección de esta revista, esa cuyo título reza «La historia de un poema», me propongo, brevemente, contarles «la historia de un libro», de este libro: Hamlet a la hora del desayuno (Ediciones Culturales de Mendoza, 2016)

Para comenzar, me parece oportuno aclarar que, a diferencia de otros poetas, no escribo con la idea de libro en la cabeza: es decir, escribo poemas sueltos, dejados durante largas, larguísimas temporadas en cuadernos o archivos; poemas luego retomados, corregidos, vueltos a dejar y a corregir hasta que, de pronto, me asalta la necesidad perentoria de deshacerme de ellos. Sin embargo, como no soy un padre desamorado, se los entrego (esta es la segunda vez) al mejor cuidador que he podido encontrar: el libro. 

Pero, para que mis poemas ingresen en un libro, debo percibir que ese libro de algún modo ya existe. En este caso, luego de la enésima relectura, encontré un hilo, muy tenue por cierto, que unía textos escritos en el transcurso de varios años. Concretamente, el hilo al que me refiero no fue temático (no me propuse hablar de tal o cual asunto), sino un «tono» que emparentaba estos poemas (tan diversos en apariencia), los acercaba, hacía que no fuera descabellada su convivencia dentro del mismo espacio.

Entonces, comenzó el trabajo (los que «han armado» un libro saben cuán arduo puede resultar este proceso) de colocar un poema junto a otro, sin que se estorben, sin que se hagan sombra, sin que se invaliden. 

Y en esta instancia fue donde el libro, creado por y para los poemas, se tornó acogedor. Libro-casa habitado plenamente por una voz que pronunciaba con ese tono (entre reflexivo, nostálgico e irónico) mencionado un poco más arriba. Una voz obsesionada por el paso del tiempo, por el movimiento y la quietud, por el temor a la muerte, por el deseo y sus avatares, por la misma escritura; una voz que, de tan libre (o caprichosa), por momentos puede sonar contradictoria: como cuando, de un verso a otro, salta de la duda a la sentencia casi aforística. Una voz que, como el caviloso príncipe de Dinamarca, desayuna preguntas existenciales, pero que afortunadamente, a diferencia de aquel, de Hamlet digo, encuentra sus respuestas en algunas formas del humor y no en el filo de una espada.

En suma, una voz humana que, como todas las voces humanas (originales y no tanto, inteligentes o estúpidas), espera ser oída. Y he aquí que, llegada es la ocasión: hoy, por fin, esa voz será escuchada cuando, en un rito varias veces centenario, los lectores en sus piezas, en sus camas se queden a solas con este libro; este libro que han construido juntos estos poemas que nacieron sueltos. 



Hamlet a la hora del desayuno

Si alguien se interesara
por el estado de mis asuntos
de seguro el pudor contestaría
«bien, estoy bien», ahora
cuando soy yo quien se lo pregunta
no puedo afirmar semejante cosa
curiosamente tampoco lo contrario

días en piloto automático
que atentan contra mi más hondo
deseo: que cada hora clave
su dardo en la memoria, merezca
un renglón en la libreta
de los recuerdos del porvenir

la consecuencia, por conocida
no menos amarga, es el abatimiento
su abismo, y aunque sé además
que debo ser más sólido que los vientos
de las rachas adversas
no ignoro que ni un diagnóstico experto
garantiza resultados

entonces, tal una espina
en mi cabeza se clava el cómo
cómo ser en el hoy.


del libro Hamlet a la hora del desayuno (2016)

(*) Nació en Rivadavia (Mendoza, Argentina) en 1974. Es poeta y ensayista. Redactor de la revista El Desaguadero, participó en la antología de poesía mendocina contemporánea La ruptura del silencio (2009). En 2013 fue becario en una clínica de poesía dictada por Tamara Kamenszain (Fondo Nacional de las Artes). Docente de Lengua y Literatura en colegios secundarios, en 2015 publicó su primer libro Un objeto transparente (Libros de Piedra Infinita). Hamlet a la hora del desayuno recibió el primer premio en la categoría Poesía del Certamen Literario Vendimia 2016.

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