sábado, 20 de mayo de 2017

Esperando el milagro


Todas esas cosas que no usás, de Pablo Gullo. Bruma ediciones, 2016

 por Fabián Almonacid
Todas esas cosas que no usás es el poemario del mendocino Pablo Gullo que ha sido publicado el año pasado, compuesto por 38 poemas. Muchos de ellos habían sido dados a conocer por Gullo en un blog, el mismo al que llegaron los editores de Bruma, quienes apostaron, muy acertadamente, a editarlos en formato papel. 

La cuidada edición cuenta con un exquisito prólogo de Mercedes Roffé, que a modo de un «esbozo de una poética» se encarga de analizar los poemas. Además, la foto de tapa es autoría de Lorena Mont, que capturó con su lente un grafiti en el cual hay una alusión al músico y artista estadounidense Daniel Johnston, del gusto del autor de los poemas, lo que ha terminado por conformar un libro cargado de alusiones.

Gullo, como nos tiene acostumbrados en sus textos narrativos, juega con maestría con lo no dicho, con una ironía como sello distintivo y personalísimo. Sin embargo, estos poemas nos muestran un yo poético más descarnado, preocupado por cuestiones ontológicas, aunque también se da un tiempo para reflexionar sobre lo cotidiano.

Y entre esas preocupaciones podemos citar dos poemas –el que abre y el que cierra el libro–, que contienen referencias bíblicas. A ellos me remitiré, ya que el prólogo de Roffé se detiene en una ajustada interpretación.

«Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios». Mateo 19:24 es el primer poema y el versículo hace referencia a la declaración de Jesús cuando intenta explicar el sacrificio en la Tierra que conlleva la promesa del cielo. Y un verso de ese poema, «entre la fe y la falacia», nos da el tono del poemario. Porque la alusión bíblica se menciona para ponerla en tela de juicio, evidencia una lucha entre creer a ciegas y la mentira de esa creencia. ¿Qué esconde, además, esa probable dicotomía? ¿La fe en la palabra o la falacia de la palabra? ¿Qué hay entre la fe y la falacia? ¿Se puede habitar allí? 

El libro concluye con otro versículo. «Jesús le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda”». Epitafio (Juan 5:8) se llama el poema y hace referencia a las palabras dichas a un paralítico que deja de serlo por la intervención divina. Se interpela el yo poético desde ese lugar en el que yace el que creía que todo iba a ser fácil, en el umbral de la muerte, con la metáfora de los 40 años (o los 38 poemas) en el desierto del pueblo judío como emblema de castigo y victoria, a pesar de las derrotas aparentes.

Ambos poemas, en definitiva, nos hablan de un milagro. Del posible milagro que sucedió desde ese primer poema en el que se confiesa «me nacen los odios como lava» hasta los versos «Aquí yaces // sin rencores» del poema final. Y del milagro de seguir, a pesar de que el camino se estreche «entre la fe y la falacia», y, por qué no, del milagro que no fue, del que no es día a día. Pero también, estoy seguro, del que se produce cuando se es «fénix en cada amanecer».

Pablo Gullo*
Dos poemas de  
Todas esas cosas que no usás

Mateo 19:24

Estoy al fondo de la lluvia de relojes
dormido en la caverna de los ciegos
hundido entre la hierba que orina el diablo
tortuoso y rico como sus tripas.

Estoy endemoniado de semillas
me nacen los odios como lava
crezco desde la ceniza
en oleadas de camellos
(la aguja clava su ojo
entre la fe y la falacia.

La caravana de recuerdos
cruza el imperio entre la dicha,
la mañana
y su sabor a cactus).


Epitafio (Juan 5:8)

Creíste que sería fácil
te sentías intangible
purgaste karmas milenarios
arrastraste piernas al Gólgota
cruzaste cuarenta desiertos de voluntad.

Fénix de cada amanecer,
triplicaste la fuerza de tus brazos
evitaste el horror de los espejos
te quedaste, por nosotros.

Aquí yaces
sin rencores
endurecido

Te saluda tu alma ignorada
bailando feliz
el despertar de los muertos.

(*)Pablo Gullo vive desde siempre en Junín, provincia de Mendoza. Es profesor y licenciado en Letras, ha publicado el libro cuentos y misceláneas Humores Malignos en 2004, la novela filosófica El mesías de la nada, en formato blog, en 2011, y formó parte del colectivo literario Ale Caterva, con quien publicó Vieje en 2013. Actualmente es miembro del taller literario de Juan Forn.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lujo. Poeta y poeta, poeta y crítico. Dupla goleadora. Los quiero y sobre todo los respeto.