Todas esas cosas que no usás, de Pablo Gullo. Bruma ediciones, 2016 |
por Fabián Almonacid
Todas esas cosas que no usás es el poemario del mendocino Pablo Gullo que ha sido
publicado el año pasado, compuesto por 38 poemas. Muchos de ellos habían sido
dados a conocer por Gullo en un blog, el mismo al que llegaron los editores de
Bruma, quienes apostaron, muy acertadamente, a editarlos en formato papel.
La cuidada
edición cuenta con un exquisito prólogo de Mercedes Roffé, que a modo de un
«esbozo de una poética» se encarga de analizar los poemas. Además, la foto de
tapa es autoría de Lorena Mont, que capturó con su lente un grafiti en el cual hay
una alusión al músico y artista estadounidense Daniel Johnston, del gusto del
autor de los poemas, lo que ha terminado por conformar un libro cargado de
alusiones.
Gullo, como nos
tiene acostumbrados en sus textos narrativos, juega con maestría con lo no
dicho, con una ironía como sello distintivo y personalísimo. Sin embargo, estos
poemas nos muestran un yo poético más descarnado, preocupado por cuestiones
ontológicas, aunque también se da un tiempo para reflexionar sobre lo
cotidiano.
Y entre esas
preocupaciones podemos citar dos poemas –el que abre y el que cierra el libro–,
que contienen referencias bíblicas. A ellos me remitiré, ya que el prólogo de
Roffé se detiene en una ajustada interpretación.
«Otra vez os
digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un
rico en el reino de Dios». Mateo 19:24
es el primer poema y el versículo hace referencia a la declaración de Jesús
cuando intenta explicar el sacrificio en la Tierra que conlleva la promesa del
cielo. Y un verso de ese poema, «entre la fe y la falacia», nos da el tono del
poemario. Porque la alusión bíblica se menciona para ponerla en tela de juicio,
evidencia una lucha entre creer a ciegas y la mentira de esa creencia. ¿Qué
esconde, además, esa probable dicotomía? ¿La fe en la palabra o la falacia de
la palabra? ¿Qué hay entre la fe y la falacia? ¿Se puede habitar allí?
El libro concluye
con otro versículo. «Jesús le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda”». Epitafio (Juan 5:8) se llama el poema y hace
referencia a las palabras dichas a un paralítico que deja de serlo por la
intervención divina. Se interpela el yo poético desde ese lugar en el que yace
el que creía que todo iba a ser fácil, en el umbral de la muerte, con la
metáfora de los 40 años (o los 38 poemas) en el desierto del pueblo judío como
emblema de castigo y victoria, a pesar de las derrotas aparentes.
Ambos poemas, en
definitiva, nos hablan de un milagro. Del posible milagro que sucedió desde ese
primer poema en el que se confiesa «me nacen los odios como lava» hasta los
versos «Aquí yaces // sin rencores» del poema final. Y del milagro de seguir, a
pesar de que el camino se estreche «entre la fe y la falacia», y, por qué no,
del milagro que no fue, del que no es día a día. Pero también, estoy seguro,
del que se produce cuando se es «fénix en cada amanecer».
Pablo Gullo* |
Dos poemas de
Todas esas cosas que no usás
Mateo 19:24
Estoy al fondo de
la lluvia de relojes
dormido en la
caverna de los ciegos
hundido entre la
hierba que orina el diablo
tortuoso y rico
como sus tripas.
Estoy endemoniado
de semillas
me nacen los
odios como lava
crezco desde la ceniza
crezco desde la ceniza
en oleadas de
camellos
(la aguja clava
su ojo
entre la fe y la falacia.
La caravana de
recuerdos
cruza el imperio
entre la dicha,
la mañana
y su sabor a
cactus).
Epitafio (Juan
5:8)
Creíste que sería
fácil
te sentías
intangible
purgaste karmas
milenarios
arrastraste piernas
al Gólgota
cruzaste cuarenta
desiertos de voluntad.
Fénix de cada
amanecer,
triplicaste la
fuerza de tus brazos
evitaste el
horror de los espejos
te quedaste, por
nosotros.
Aquí yaces
sin rencores
endurecido
Te saluda tu alma
ignorada
bailando feliz
el despertar de
los muertos.
(*)Pablo Gullo vive desde siempre en Junín, provincia de Mendoza. Es profesor y licenciado en Letras, ha publicado el libro cuentos y misceláneas Humores Malignos en 2004, la novela filosófica El mesías de la nada, en formato blog, en 2011, y formó parte del colectivo literario Ale Caterva, con quien publicó Vieje en 2013. Actualmente es miembro del taller literario de Juan Forn.
1 comentarios:
Que lujo. Poeta y poeta, poeta y crítico. Dupla goleadora. Los quiero y sobre todo los respeto.
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