domingo, 17 de mayo de 2009

La poesía de duelo: murió Mario Benedetti






El escritor falleció hoy, a los 88 años. En las últimas semanas había sufrido un deterioro en sus condiciones de salud.
El poeta uruguayo Mario Benedetti falleció este domingo, la poesía latinoamericana sufre otra pérdida junto con la reciente muerte de Idea Vilariño.


Botella al mar

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.



Mario Benedetti

14 comentarios:

Fernando G. Toledo dijo...

Estos versos pertenecen a Testigo de uno mismo, el último libro publicado por Mario Benedetti:

Acontece la noche y estoy solo
cargo conmigo mismo a duras penas
al buen amor se lo llevó la muerte
y no sé para quién seguir viviendo

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Como a mí me gusta más el Mario narrador que poeta, sobre todo de esa gran historia que es La tregua, cito esos versos dedicados a Laura Avellaneda que en un juego intertextual escribió el autor para ese entrañable personaje de su novela:

Última noción de Laura
a ana maría picchio

Usted martín santomé no sabe
cómo querría tener yo ahora
todo el tiempo del mundo para quererlo
pero no voy a convocarlo junto a mí
ya que aún en el caso de que no estuviera
todavía muriéndome
entonces moriría
sólo de aproximarme a su tristeza

usted martín santomé no sabe
cuánto he luchado por seguir viviendo
cómo he querido vivir para vivirlo
pero debo ser floja incitadora de vida
porque me estoy muriendo santomé

usted claro no sabe
ya que nunca lo he dicho
ni siquiera
esas noches en que usted me descubre
con sus manos incrédulas y libres
usted no sabe cómo yo valoro
su sencillo coraje de quererme

usted martín santomé no sabe
y sé que no lo sabe
porque he visto sus ojos
despejando
la incógnita del miedo

no sabe que no es viejo
que no podría serlo
en todo caso allá usted con sus años
yo estoy segura de quererlo así

usted martín santomé no sabe
qué bien qué lindo dice
avellaneda
de algún modo ha inventado
mi nombre con su amor

usted es la respuesta que yo esperaba
a una pregunta que nunca he formulado
usted es mi hombre
y yo la que abandono
usted es mi hombre
y yo la que flaqueo

usted martín santomé no sabe
al menos no lo sabe en esta espera
qué triste es ver cerrarse la alegría
sin previo aviso
de un brutal protazo

es raro
pero siento
que me voy alejando
de usted y de mí
que estábamos tan cerca
de mí y de usted

quizá porque vivir es eso
es estar cerca
y yo me estoy muriendo
santomé
no sabe usted
qué oscura
qué lejos
qué callada

usted
martín
martín cómo era
los nombres se me caen
yo misma estoy cayendo

usted de todos modos
no sabe ni imagina
qué sola va a quedar
mi muerte
sin
su
vi
da.

Hernán Schillagi dijo...

La verdad que es un pena. Pero también es importante ver cómo Uruguay tenía estos dos monstruos como Vilariño y Benedetti.

Más allá de los gustos personales, marcaron una generación, acercaron la poesía a los "no lectores", escribieron ensayos, canciones y les quedaba tiempo para meterse en líos en las épocas de plomo.

También me quedo con el Mario narrador. Lo he dicho en otras oportunidades, "Primavera con una esquina rota" es lo que más me gusta: es su gran novela de exilio (y además forma una trilogía inolvidable con "Cuateles de invierno", de Soriano y "Luna caliente" de Giardinelli). Pero éste no es un lugar para hablar de narrativa, ciertamente. Pero justo esta novela que digo es de una prosa certeramente poética.

Ojalá no nos llueva en los próximos años los nunca bien ponderados "inéditos póstumos".

sergio dijo...

Ciertamente Benedetti hoyporhoy no es santo de mi devoción, pero el caso es que en mi adolescencia y primera juventud lo fue. Y a él le agradezco algunas horas de placer. También la posibilidad de conectar con mis alumnos. Porque aún hoy, Táctica y estrategia, Viceversa y otros poemas suyos son hits entre el público adolescente. Gracias Mario y que la tierra que te cubre, cubra también tus escritos póstumos.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Sergio

Me parece un poco violenta tu última oración. Es cierto que cuando alguien tan prolífico y reconocido se muere, publican hasta las servilletitas de papel que dejó en los bares, pero quién te dice que entre toda esa hojarasca se hallen buenos textos que merezcan conocer la luz.

Comparto con vos que Mario es la adolescencia y también la niñez, cierto póster de mis tías con Táctica y Estrategia que aprendí de memoria y me llevó a buscar la diferencia de estos términos en el diccionario. Es también el No te salves que llena de decisión a mis alumnos de tercero que quieren ser únicos y no mancharse con la mediocridad que les promete el mundo. Es también el triste Martín Santomé que los lleva a reflexionar sobre las segundas oportunidades que hay que aprovechar mientras duren. Es también una semana de diversión en el terciario haciendo el video de Los formales y el frío, ese poema que lleva a dos modocitos a hacer el amor como animales, en realidad, como hay que hacerlo.

sergio dijo...

Pau: es probable que tengas razón y que, efectivamente, mi última oración sea un tanto violenta. Pero el caso es que me niego a encontrar en la hojarasca de la que hablás esos dos poemas que acaso merezcan la pena.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

¿Dos poemas? Seguís siendo violento. Van a encontrar mucho más, incluso una buena autobiografía que te vas a devorar y unos cuantos textos que te pueden servir de material de lectura para tus alumnos.
Y si te negás a revolver "la hojarasca", quizás los años te sorprendan con lecturas que tus prejuicios te llevaron a descartar con pocos argumentos, más bien diría, falacias.

sergio dijo...

Pau:

Me parece ahora sos tú (te lo digo en uruguayo)la que exagera. ¿Leíste el rincón de haikus? ¿Y el Inventario dos? Digamos que el sr escribía abundantemente y había mucha cosa fea. Me parece que cuando era más joven elegía mejor (el Inventario uno me parece mucho más interesante) Ah, nadie mencionó la mejor novela de Benedetti que no es La tregua (muy plana, muy clásica y hasta algo homofóbica) sino Gracias por el fuego.
En cuanto a la posible biografía de Mario, gracias, pero paso.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

La tregua no es homofóbica (quizás la película que pinta a un Héctor Alterio francamente decepcionado por la homosexualidad de su hijo). Gracias por el fuego se parece a muchas novelas de entonces (más que demasiado a las peores de Cortázar). Parece más densa en recursos, en caracterización de personajes y compromiso político... y termina siendo FRANCAMENTE DENSA.
Leí los dos inventarios para rendir y los dos son igualmente abundantes e irregulares.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Sergio

Acabo de ver la película y ni ésta ni el libro son homofóbicas. La historia me gusta desde siempre, desde la primera lectura. Aunque no esté en la obligación de dar ninguna explicación porque tengo una pasión incondicional por esta novela, digamos que la leí por primera vez cuando trabajaba en una oficina, empleo de varios años, y muchos personajes adquirieron carnadura en mucha gente que allí conocí.
No puedo entender porque decís que es "plana", quizás yo también merezca un argumento de tu parte.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: todavía no te das cuenta que nuestro amigo Sergio se mandó una bravuconada por simplificar su crítica, que de "Gracias por el fuego" todos saben que es aburrida, enredada y antigua en estilo. Que "Primavera con una esquina..." no es la autobiografía de Benedetti y que es mcho más que eso, que cuenta la historia de un guerrillero y su familia en el exilio, y que Héctor Alterio cuando le explicaron (un tiempo después, como dice Solita) por qué lo habían amenazado para que se exiliara, le dijeron que no les había importado que saliera en "La patagonia rebelde" (donde la "institución" militar queda mal parada); sino que lo que más les había molestado era que saliera en "esa película" (La tregua) donde se hacía apología de la homosexualidad.

¿Te quedó claro lo que nuestro querido Sergio quiso hacer?

sergio dijo...

El estilo de Gracias por el fuego ¿es antiguo? Antiguo y aburrido es el diario de ese señor que está por jubilarse y se echa un polvo con la pobrecita que nunca tuvo novio. En cuanto al hijo menor, simplemente desaparece. Es verdad, Santomé está tan interesado en su ombligo que ni se entera. El que es mataputos es el hijo mayor (en la peli, creo, lo hizo Brandoni). En cuanto a Primavera no pasé del tercer capítulo Me aburrió mucho. Lo que sí leí en la Ñ que Benedetti es autor de unos 30 enormes poemas. Concuerdo plenamente. Que al final de una larga carrera quede eso y el amor del pueblo, no es poco.

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: ¡Copio y pego tu última oración!

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Para darle un cierre de oro, bello y sentido, para ese querido escritor que fue el viejo Mario citaré unas palabras de Saramago tomadas de su blog:

No será con todos ni será siempre, pero a veces ocurre lo que estamos viendo estos días: que, porque ha muerto un poeta, aparecen en todo el mundo lectores de poesía que se declaran devotos de Mario Benedetti, que necesitan un poema que exprese su desconsuelo y tal vez también para recordar un pasado en que la poesía tuvo un lugar permanente, cuando hoy es la economía la que nos impide dormir. Así, vemos que de repente se establece un tráfico de poesía que habrá dejado perplejos los medidores oficiales, porque de un continente a otro saltan mensajes extraños, de factura original, líneas cortas que parecen decir más de lo que a primera vista se cree. Los descifradores de códigos no dan abasto, demasiadas enigmas para descodificar, demasiados abrazos y demasiada música acompañando sentimientos que son demasiados: el mundo no podría soportar muchos días de esta intensidad emocional, pero tampoco, sin la poesía que hoy se expresa, seríamos enteramente humanos. Y esto, en pocas líneas, es lo que está sucediendo: murió Mario Benedetti en Montevideo y el planeta se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas. De súbito los libros se abrieron y comenzaron a expandirse en versos, versos de despedida, versos de militancia, versos de amor, las constantes de la vida de Benedetti, junto a su patria, sus amigos, el fútbol y algunos boliches de trago largo y noches todavía más largas.

Murió Benedetti, ese poeta que supo hacernos revivir nuestros momentos más íntimos y nuestras rabias menos ocultas. Si con sus poemas salimos a la calle – codo a codo somos mucho más que dos -, si leyendo “Geografías”, por ejemplo, aprendimos a amar un país pequeño y un continente grande, ahora, según las cartas que llegan a la Fundación, se recuperan momentos de amor que dieron sentido a tiempos pasados, y quién sabe si presentes. Eso también se lo debemos a Benedetti, el poeta que al morir hizo de nosotros herederos del bagaje de una vida fuera de lo común.
Mayo 19, El cuaderno de Saramago.

CHAN - CHAN