sábado, 30 de mayo de 2009

Historia del poema boxeador de barrio






por Dionisio Salas Astorga



El título del poema lo puso Toledo a una cuadra del diario, cuando decidíamos los que entraban a Sábanas sin flores, el libro que editó Libros de Piedra Infinita en el 2003. A mí nunca me gustó Toledo poniendo títulos a lo ajeno. Pero en fin.


Lo escribí en la época más triste de mi vida, pienso ahora, cinco o tres años antes de que se publicara. Una época triste, porque la mujer del poema no me daba ninguna oportunidad de salir feliz o por lo menos silbando de su lado. Me habían sacudido de la pecera que es el periodismo mendocino y no daba pie con bola en una agencia de publicidad ni menos como redactor de la Mendoza Decora. Con la Rodón Patricia inventábamos descripciones de casas de ricos y canallas que después barría con su escoba la jefa, hasta que nos echaron o renunciamos juntos. (Éramos pobres, pero regios). En esos años, los del poema, yo dormía en el auto, esperaba a esa mujer estacionado en la calle o a la salida de alguna escuela de Godoy Cruz donde trabajaba. No tenía nada importante que hacer, salvo esperarla. De esas semanas, meses ahí, aprendí que se puede calcular la vida o tu futuro con la distancia que hay del asiento al parabrisas de un auto estacionado. Y que el tipo más desesperado del mundo puede ser el que está agarrado a un volante como quien manotea un flotador en un naufragio.


Ahí, en ese auto, escribí boxeador de barrio que es, como casi cualquier poema de este mundo, una confesión o la penitencia. Ojalá no pase a la historia de la poesía mendocina por él o con él.


Muchas veces, mujeres maltratadas y hasta feministas distraídas me han dicho que ven en el texto una defensa a priori de sus vidas íntimas, aunque cuando yo lo escribí, aclaro, no era capaz de defender la mía. Y de vez en cuando, también, la ex de algún poeta conocido me dice que en la última mudanza se encontró justamente con Sábanas... y releyó ese que escribí para una mujer como ella. (Que lloró recordando todo el mal que le hicieron los hombres gracias a mí). Nada mal para un poema, pienso en ese caso, a salvo del Zonda de sus desgracias.


El protagonista de boxeador de barrio es alguien que reclama amor sin merecerlo, como hacemos siempre los tipos, a una mujer que no está dispuesta a hacer otra cosa, porque creció cantando las canciones de Serú Girán y Spinetta. Ahora bien, dar amor es fácil, el problema es recibirlo. Levantarse, acostarse con eso que un ser humano entrega para que le cuiden un tiempo. Si Schillagi no hubiera insistido con que le enviara una historia «de ese libro que parece tener muchas historias», no hubiera intentado recordar una época en la que jugaba a la ruleta rusa con casi todas las cosas. El amor era entonces la pistola, claro.


En fin. El Gacel verde – mod.86, con A/A– en el que se escribió una parte de esta historia, debe andar ahora haciendo changas, caminos en alguno de los rodeos, o será la casa de las arañas del pedemonte. ¿Y la musa del poema? Nunca se quedó quieta en la foto, ni en otro lugar. Le ganó al boxeador. «¿A qué hora vas a bañar la nena?» está preguntando justamente ahora desde la planta baja, con ese tonito de mierda que tienen las mujeres cuando ya descubrieron tu talón: que uno es un simple mortal.





boxeador de barrio


El tipo no te entiende y golpea duro
como un boxeador asustado.
El tipo por eso te exige
lealtad, inocencia, coraje
Porque piensa tal vez que debes ser su madre
Santa Evita a lo mejor (si la respeta)
cualquiera digamos menos vos.
El tipo te registra la vida. “Te da vuelta”
como se dice, la cabeza y el cuerpo,
quiere que le expliques Cómo pudiste
amar a otros
antes que a él y a sus puños.
Piensa que está con vos sobre un ring.
Que eso es la vida.
El tipo no entiende
que en tu memoria duerman los olores de otro
Que dijeras que sí a otros,
Que dieras sin preguntar mucho
lo que le has dado a él sin preguntar
(por amor, porque así eres)
El tipo te atormenta.
No se cansa jamás.
Quiere saber por qué lo engañaste antes de conocerlo,
por qué no te pareces a esa mujer
que a él le parecía que eras vos
(desde antes de haberte visto siquiera)
El tipo dice cosas terribles. Te golpea
con las palabras.
Te digo: es un boxeador de barrio,
vos estás entre la gente que mira esta pelea,
oyendo en realidad la campana que le anuncia
que la vida siempre, desde antes,
era una pelea donde lo iban a vencer.
Esa campana no suena para vos.
Vos sos la muchacha de la foto
que cuelga de una pared.
El sueño de otro.


Dionisio Salas Astorga, en Sábanas sin flores (2003)

30 comentarios:

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

¡Cómo una historia puede darle carnadura a un poema! Esa imagen de aferrar el volante como la tabla de salvación de un naufragio es tan mía que me sorprende descubrirla en otro. ¿Será que no hay imagen propia y cada uno toma en la vida las fotitos de un mismo mercado de sentimientos?
Los hombres también son los que les dicen sí con facilidad a otras y tardan una vida en advertir nuestra presencia. El ring está lleno de tigresas, advierto a los señores para que se hagan cargo de la parte que les toca.

Fernando G. Toledo dijo...

Me ha alegrado mucho recordar una parte de la historia de este poema, la de la mesa del café, y conocer al mismo tiempo la otra, que desconocía. Y me he reído muchísimo con la segunda oración de la nota. Eso sí, no le crean al Dion eso que dice allí... ¿Saben quién le sugirió ese título para su libro?

Cecilia Restiffo dijo...

El poema me parece muy bien trabajado me gusta mucho la inclusión de los paréntesis el tuteo que se desprende del segundo de ellos no molesta al voseo de resto del poema, es interesante la puntuación, aunque al comienzo me pareció excesiva cuando lo leí en voz alta creo que refuerza la respiración interna y da condensación a cada idea, casi como un golpe de puño.
En cuanto al tema me parece una mirada muy sincera, que no muchos hombres están dispuestos a soportar; el saber que hubo "otros", es algo que molesta, el aceptarlo y convivir con ello es algo que molesta más.
La historia de la creación, al decir de un allegado "es una joya", muy bien construida: medida justa entre realidad y ficción, bien por el toque de humor y ternura, nada que decir del final: me emocinoné, de romática nomás!
Hermosas las fotos que ilustran el texto!

Fernando G. Toledo dijo...

Un voto para Daddy Llagi, el rapero de la foto.

dionisio dijo...

Señores de la revista, los felicito primero por tener una revista, y por el acierto de querer escuchar a otros que cantan como una sirena de ambulancia o de mar, en las calles.
Uds. son el futuro de la poesía, invisibles como el presente o el mundo, como casi todos los hombres que vale la pena mirar. Mis respetos a las señoras de la mesa. O mejor un beso.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Tanta caballerosidad por estos tiempos desconcierta, señor Dionisio. También le envío mis respetos y un beso, sin escatimar ninguno de los dos.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

El enigma de la foto, estimados contribuyentes, es Benedetti. Díganme el día y paso a buscar mi premio, supongo que hay, ¿no?

Hernán Schillagi dijo...

Dionisio: cuando te pedí que escribieras una historia (o protohistoria) de algún poema tuyo, era porque todo el libro está cargado de potentes relatos que se clavan como cuchillos oxidados entre los versos. Pienso en el capítulo donde los poemas hablan de tu etapa del (auto)exilio en Alemania, como el de Stadthagen:

Mis compañeros italianos piensan
en el error de estar aquí
Mientras a mí
las fuerzas
apenas me alcanzan
para seguir con la mirada
una mosca del primer mundo
que sobrevuela los helados

(Está nevando
en el pueblito de los hermanos Grimm).

El dueño nos mira con odio.


Un poema así esconde dinamita en el sótano de las palabras. Como pasa con "boxeador de barrio", donde la respiración del tipo que golpea se traduce en versos.

Al mismo tiempo tu historia es genial. Y no lo digo para quedar bien. Tiene todo: es dinámica en el ring de la narración, tiene un upercut feroz en cuanto a ironía y es un cross a la mandíbula de la emoción.

¿Qué te pareció la foto del Gacel verde? Todo un hallazgo, ja.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: perdón, pero tu voto se suma a dos que votan absolutamente otra cosa. Además no has cumplido con el único requisito: que es el de apretar la opción que creés correcta y esperar al 9 de junio para saber la respuesta verdadera. Así que estás muy ejos del premio, querida. Y está por verse.

Hernán Schillagi dijo...

Fernando: Daddy Llagi se sumaría al cantante nuevaolero Albano Damore que aparece en el blog de Paula. Daddy quiere agradecer tu voto con un rap scratching:

No soy una nube de smog
que aparece en este blog,
soy un brother, un hermano
con las minas se me va la mano.
Estoy fuera de la ley,
pero en rimas soy un rey.
Es un capo este Dionisio
sus historias son un vicio.
Quiero conocerlo a él
para "tunear" su gacel.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

¡¡¡NO!!! DADDY LLAGI ES... ¡¡¡QUÉ PRODUCCIÓN FOTOGRÁFICA LA DE ESTA REVISTA!!!

sergio dijo...

"Quiere saber por qué lo engañaste antes de conocerlo", aunque suene como la cosa más absurda del mundo y alrededores, es así. Hay gente que es así. ¿Todos somos así? Cecilia dice que "a los hombres les cuesta..." ¿a las mujeres no? Yo diría que sí, que todos quisiéramos estar en todos los momentos de la vida de ESA persona. Recuerdo a Cernuda diciendo que no consigue imaginar que el amado tenga padre, madre, pasado... Y a Duras reflexionando sobre las primeras conversaciones de los amantes: la infancia (hablar de la infancia sería un modo de extender los dominios de este amor nuevo hacia el pasado. O sea, invadir la vida completa del otro). No recordaba el poema y me gustó saber su historia, su nacer en un auto, su deberse a un autor que aunque pobre, era regio.

Cecilia Restiffo dijo...

Sergio:Sí, obvio que a todos nos cuesta; pero aunque parezca un comentario de las cavernas las mujeres estamos acostumbradas a que los hombres "lleguen con materias previas".
Lo hermoso del texto es cómo el yo lírico identificado con una voz masculina puede transmitir esos pensamientos y emociones que una mujer siente al momento de enfrentar esos planteos.

Cecilia Restiffo dijo...

Gracias Dionisio por el texto, y no creo que la tuya sea una sirena más bien sería como un arrullo marino, que sin dejar de vibrar permite escuchar el silencio de la inmensidad, ésa que a veces no apreciamos por estar pendientes de las pequeñas olas de la costa.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Querido Sergio, ya que estás tan generación del 27, voy un poco más adelante en la poesía española y me sumo con un fragmento de poema de Pedro Salinas (de La voz a ti debida) en donde el autor español habla de la inutilidad de ese flash-back doloroso. Chicos y chicas: donde no estuvimos, no estuvimos. Punto y aparte. Mesarse los cabellos es una actitud antigua y muy melodramática hoy por hoy.

El que te busque en la vida
que estás viviendo, no sabe
más que alusiones de ti,
pretextos donde te escondes.
Ir siguiéndote hacia atrás
en lo que tú has hecho antes,
sumar acción con sonrisa,
años con nombres, será
ir perdiéndote. Yo no.
te conocí en la tormenta.
te conocí, repentina,

en ese desgarramiento brutal
de tiniebla y luz,
donde se revela el fondo
que escapa al día y a la noche.

Anónimo dijo...

Hernán: ese auto más que un auto era un amigo; en él, por ejemplo, fui llevando a mis hijos a Chile para que tías y abuelas con acento de mar los bautizaran en una espesa red de besos; con él descubrí la geografía de los talleres y la figura inmensa del mecánico, con él choqué un día de lluvia por ir persudiendo a una mujer que no quería.
Ese auto merece estar en el imaginario de la poesía mendocina.Las fotos son una maravilla.

dionisio dijo...

perdón, no sé por qué se registró como anónimo, obvio, soy Dionisio el del comentari anterior

Hernán Schillagi dijo...

QUERIDO DIONISIO: veo que no sólo había una historia detrás del poema, sino que el gacel verde escondía lo suyo dentro de la baqueteada baulera. Qué lindo lo que contás de tus hijos.

Yo tuve un 404 gris que merecería un par de estrofas (fue mi Rocinante en mis primeras batallas perdidas del amor), y estoy escribiendo una novela corta donde un tipo persigue a su mujer porque se ha ido... con su Ami 8 amarillo!

Ya lo decía el padre de un amigo mío: "El auto es el tercer h... del hombre" Me dio pudor poner "huevo". Uy, lo dije.

SMB servicio de producción dijo...

Después de muchos años corridos como ríos de tinta, varios académicos siguen insistiendo en la distancia que existe entre la poesía lírica y el "Yo autobiográfico". . . en fin, escaramuzas didácticas. En realidad, lo que me importa ahora es disfrutar la densidad lírica de un gacel verde. Lo de "Boxeador de barrio", bueno, hay títulos más o menos afortunados y no sé si éste es el caso de los más, porque, si es cierto como cuenta el poeta que muchas mujeres encontraron en el texto un referente de sus propias vidas y angustias, no creo que pase solamente en el espacio microurbano del barrio. O sea, al fin y al cabo, más que distancia hay un abismo riesgoson entre la historia de un poema, su "yo autobiográfico" y el poema, que cuando ha sido lanzado a la letra escrita, ya tiene su propio espacio, su propio tiempo verbal y su propia identidad con nombre y apellido más allá de lo afortunado del título, sin comparaciones.

Bibiana Poveda dijo...

Buenas... desde Maipú me acerqué, por recomendación de un amigo, a esta revista y me he encontrado con la agradable sorpresa de reconocer algunos nombres. Estuve lejos mucho tiempo, pero te marcan la secciones de vida, aunque no se lo hiciste saber a los otros.
No soy una buena comentarista de poemas. Lo que llega, lo que involucra, lo que hace refle-sentir. Mis "criterios" son simples, porque intento llegar a una lectura, desde la desnudez y descalcez, sin pre-tendidos.
El Poema me ha parecido bárbaro, incluida su historia.
Un saludo desde la vía pruna. Los sigo.

ariel dijo...

luego de tanta, autoridad literaria, sintatica y semantica; la opinion es casi una imprudencia ,y no me voy a excusar , entiendo , comprendo y reflexiono , y busco pa dentro , ( disfruto tambien el texto ), quien no estuvo frente a un abismo ; creo que te comunicaste , llegaste aca , a mi y provocas una reaccion. para mi es muchisimo

Hernán Schillagi dijo...

Bettina: qué hermosa sorpresa encontrarte, no sólo entre los lectores, sino también entre los entusiastas comentaristas.

Has tenido un recorrido más que probado y profundo por la lírica como para no prestarle atención a tus reflexiones. La idea de la sección "La historia de un poema" no es venir a completar lo que al poema le falta. La idea es reflexionar (desde la anécdota, las circunstancias, lo subterráneo y cierta repercusión) sobre el género. Vos, que has editado, seguro te habrás quedado pensando cómo habrá sido la onda expansiva de esas piedras potentes (los poemas) en el lago de los lectores.

A mí, particularmente, me encanta el título. Es hasta despectivo e irónico con el personaje del golpeador. Pero concuerdo conque se pueden hacer otras lecturas y ampliar el significado.

Hernán Schillagi dijo...

Bibiana: bienvenida vos y bienvenidos tus "criterios simples", como decís. Imaginate que si sólo nos quedáramos con una lectura de bisturí (que nos encanta hacerla), la revista se convertiría en un maniquí de vidriera y no en un animal de sangre caliente huyendo del peligro.

El poema de Dionisio, y todo su libro, merecen toda lectura y mucha pasión, como la que vos has volcado en tu comentario. Gracias!

"Seguinos siguiendo" que somos fáciles de encontrar.

Hernán Schillagi dijo...

Ariel: qué bueno lo que decís de "provocar una reacción". ¿O acaso la poesía no es eso? Despertar lo que estaba de algún modo dormido dentro del lector.

Ah, ¿cómo es eso de "autoridad literaria"? Todo lo contrario. Aquí la idea es compartir, desde otro lado, lo que se está escribiendo en Mendoza y Argentina. Colaboraciones como las de Dionisio Salas Astorga, los entrevistados y todos los poetas que andan con el cuchillo entre los dientes, construyen esta revista... y comentarios como el tuyo nos dan ganas de seguir.

ariel dijo...

haber , sobre la autoridad : mejor respeto , te parece .Se que escribir , comunicarse , hacerlo bien , llegar y provocar en el/en mi/en ello/en otro-otros cambios , para mi el fin del lenguaje (escrito en este caso). No es poca cosa, sobre todo cuando conozco casi desde la medula, a gente, o quiza a uno que esta dejando la vida por expresarse,sin hacerlo tan solemne.
Cuantos seres humanos tenemos conciencia de lo que somos , decimos , hacemos(escribimos); en mi caso, yo ando por ahi.......no se ni escribir bien, sabemos que hablamos del "lenguaje", espero que me entiendas.

Hernán Schillagi dijo...

Ariel: me costó, pero entendí mejor. Gracias por tus comentarios.

ariel dijo...

hernan: ya te dije, no se escribir, me pase por alto, la primaria,secundaria y en la universidad, los signos puntuacion espacios , signos de admiracion , silencios , y lo que se te ocurra, quedan en mi cabeza. ACA LO IMPORTANTE PARA MI ES DIONISIO-POESIA O POESIA-DIONISIO.
somos dos o mas espero, y otro(el señor D)que nos imbrica?? en un punto,"el lenguaje "y comunicacion a partir de un elemento esteticamente elaborado, sentido,espontaneo o corregido, (creo que en este caso espontaneo). De calificacion: esto genera reflexion , yo diria reflexogeno. Hasta luego.

Anónimo dijo...

alguna vez Martin Vargas fue de barrio y tuvo que ser asi.

puede la sazon dominar la fuerza de las palabras? ni que lo sepan las nudillos.

saludos desde Chile...
atte
Claudio "BaBeL" Araya

Fragaria Vesca dijo...

Los 'celos retroactivos'(como suelo llamarlos) son cosa seria. Agazapo, "cintura" y obsesión: muchos, antes de amar, se calzan guantes.

Aplaudo al Desaguadero por dejarnos presenciar, una vez más, el backstage de los poemas. :)

Hernán Schillagi dijo...

Querida Fragaria: su reflexión y su caricia tienen la fuerza de un nocaut. Muchas gracias!