domingo, 6 de junio de 2010

Arte de ilusión, de elevación y de engaño

Las artes poéticas

Borges, Horacio, Girri, Pizarnik y Alberti: en el caleidoscopio de las artes poéticas


Por Paula Seufferheld



Las artes poéticas constituyen un material muy valioso para reflexionar sobre el género. Aquí no hay miradas externas que conceptualizan sobre el origen de la poesía, sus funciones o destinatarios. Por el contrario, en ellas es la voz del poeta la que se alza para decir lo que sabe. Un poco hace lo mismo el maestro de magos cuando revela sus secretos para que su arte no perezca.
Desandando el camino de varias artes poéticas intento arrojar luz –y algunas sombras también- sobre algunos interrogantes que nos hacemos constantemente quienes escribimos poesía.


¿Qué es poesía? (Mato tu esperanza romántica: no eres tú)

«¿Era la música? ¿Era lo inusitado? Ambas sensaciones, la de la música y la de lo inusitado, se unían dejando en mí una huella que el tiempo no ha podido borrar. Entreví entonces la existencia de una realidad diferente de la percibida a diario», decía Luis Cernuda refiriéndose a la poesía. Al analizar las preguntas iniciales de esta cita, trato de imaginar el momento inmediatamente anterior a la irrupción del poema. Su silencio concreto. Su materialidad preverbal: todo está allí, sin embargo calla. De pronto, un sonido agobia la mente del poeta, forma palabras que comienzan a descomprimir una sucesión de percepciones abigarradas: visiones inusitadas –como las de Cernuda- pero también fantasmales. El caos se agrupa en una tirada de versos sin dejar, paradójicamente, de ser caos. La poesía cumple, otra vez, su propósito de sorpresa y originalidad.

Pero la poesía no solo sacude allí donde la piedra más se resiste, es también promesa de belleza, de goce estético, de escritura y lectura apasionada. Horacio que intuía estas particulares características, clamaba: Poesía, si me concedes tus favores/ creceré tan alto/ que mi frente se clavará como una viga/ entre las mismas estrellas». Llevar a la lengua a su nivel más elevado, desatarla de sus ligaduras cotidianas para que ascienda a ese cielo iluminado, debe ser otra tarea del poeta. Pero esa operación de «extrañamiento» del lenguaje no solo implica un acto de elevación, sino también de magia. Otro poeta, Carlos Barbarito, así lo describe: «Por más que hable con palabras de diccionario o aparentemente comunes, lo que de ellas hace el poeta, en su alquimia, en las sucesivas destilaciones, en la búsqueda de otros planos, de otras significaciones, las sitúa en otra parte, las emparenta con la magia, las llena de poderes, las convierte […] en intrincados jardines encantados».


Sorpresa, belleza por elevación, magia. Para que exista una poesía que convoque estos elementos necesariamente tiene que intervenir el engaño, capaz de trastocar la crudeza de la existencia en material bello y sensible. Como versó Borges, hay que «convertir el ultraje de los años/ en una música, un rumor y un símbolo,// ver en la muerte el sueño, en el ocaso/ un triste oro, tal es la poesía». Pero este fraude no es estafa, más bien es un antídoto frente a una realidad que Gelman imaginó como un martillo que bate las telitas del corazón.

Finalmente, la poesía es lugar propicio para la reflexión filosófica: «un elemento de controversia/ que nos lleve a lo paradojal […] una premisa constante, la duda,/ indagando en la realidad,/ buscándola fuera del contexto». (Alberto Girri).

¿Para quiénes escribir poesía?

«Hago mis economías
pero mis pocas palabras
aunque de todos, son mías».

Rafael Alberti


Para nosotros mismos que pretendemos, como la Pizarnik, leer en nuestro llanto.
Para aquellos que todavía no pierden su capacidad de asombro y fracasan todas las veces buscando redención en los versos.
Para los amigos que esperan de nosotros, además de los gestos y modos habituales, ese puñado de poemas que nos define de frente como la más impiadosa foto carnet: así somos, así pensamos, así miramos el mundo, así lo cantamos.
Para ese lector solitario que nunca conoceremos y ahora o en el futuro, mientras deja enfriar un café, nos lee por azar, recomendación u obligación –poco importa cómo hemos llegado a sus manos- y se alivia de que alguien haya dado con las palabras precisas para traducir sus ideas y emociones.
«Para los pechos y para las bocas y para los oídos donde, sin oírme, está mi palabra» (Vicente Aleixandre).


Algunas artes poéticas


Del oficio del poeta

Hay que incendiar a la poesía
y cantar luego
con las cenizas útiles.

Jorge Boccanera

*

Poesía Vertical XI – 3

Una escritura que soporte la intemperie,
que se pueda leer bajo el sol o la lluvia,
bajo el grito o la noche,
bajo el tiempo desnudo.

Una escritura que soporte lo infinito,
las grietas que se reparten como el polen,
la lectura sin piedad de los dioses,
la lectura iletrada del desierto.

Una escritura que resista
la intemperie total.
Una escritura que se pueda leer
hasta en la muerte.

Roberto Juarroz

*

Arte Poética

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges


9 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

Paula: antes que nada, feliz día del periodista para Fernando y para vos. El resto de los redactores de esta revista jugamos a serlo en este espacio.

Por otro lado, este tema de las "ars poéticas" es apasionante. No sé si a los lectores que se acercan -por suerte- a la poesía sólo para disfrutar de sus palabras y no para destripar cada vocablo, les resulte interesante saber qué piensa del género cada artista.

Además es llamativo cómo las vías en que fluyen las A.P.: un sesudo ensayo, un alegre poema, unas breves palabras de compromiso en una entrevista o un prólogo. Pero todas son válidas y nos abren un mundo de luz para poder avanzar en la oscura lectura de la obra.

También existen poetas que construyen su "ars" en cada verso, en cada uno de los poemas de sus libros; ya que no pueden separar de su "poiesis" la reflexión sobre el ejercicio que están realizando. Nuestro amigo Toledo es un obsesivo del "backstage poético", por ejemplo. Pero siempre cruzando experiencias, momentos, vida con la palabra y el silencio.

Qué sugestivo es que Boccanera proponga la palabra "útil" en un arte poética. Hasta me parece provocativo. Me encanta.

Hernán Schillagi dijo...

Dejo este poema de Joaquín Giannuzzi (en "Señales de una causa personal", 1977) como una de las poéticas que más comparto.

POÉTICA

La poesía no nace.
Está allí, al alcance
de toda boca
para ser doblada, repetida, citada
total y textualmente.
Usted, al despertarse esta mañana,
vio cosas, aquí y allá,
objetos, por ejemplo.
Sobre su mesa de luz
digamos que vio una lámpara,
una radio portátil, una taza azul.
Vio cada cosa solitaria
y vio su conjunto.
Todo eso ya tenía nombre.
Lo hubiera escrito así.
¿Necesitaba otro lenguaje,
otra mano, otro par de ojos, otra flauta?
No agregue. No distorsione.
No cambie
la música de lugar.
Poesía
es lo que está viendo.


Si bien, tanta radicalización en el objetivismo me aburre (sin distorsión ni agregados, un poema pierde ante la fotografía), pero igual está genial.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Hernán:
De todo lo que leí, incluso esa catarata verbal y genial de Octavio Paz, sigue pareciéndome la de Borges la más sorprendente, quizás porque siempre vinculaba el fingimiento y el engaño a la narrativa y sus versos me muestran claramente que es aplicable a la poesía, "ver en la muerte el sueño", creo que solo en un poema el lenguaje es capaz de tal transmutación.

Fragaria Vesca dijo...

Hace poco tuve que escribir mi ars poética y resultó bastante caótico y extraño. Una tarea parcialmente posible, acaso incompleta: se escribe por tantos motivos y, a la vez, ninguno alcanza a nombrar del todo la cosa.

Sospecho que lo que se piensa sobre el acto de escribir puede ir cambiando a lo largo de la vida, así como uno mismo va creciendo, enriqueciéndose y mutando.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Fragaria, supongo, al igual que vos, que se escribe por infinidad de motivos y, a la vez, estos son tan personales. De todos modos, es tan interesante desentrañar las perspectivas de escritura de distintos poetas y descubrir cuanto en común o cuan lejos estamos de ellas. Los buenos vates siempre tienen alguna parte de "la verdad" para revelar y dejarnos pensando. Como decís, es imposible "nombrar del todo la cosa" pero indagando en varias ars se puede tener un panorama bastante rico del qué, del por qué, del para qué, del para quién -¡y tanto interrogantes más!- de la poesía.

sergio dijo...

Paula:

Creo que es todo un tema el de las artes poéticas, porque seguramente todas las personas, sea cual fuere la tarea que realizan, reflexionan al respecto, pero son los escritores los que reflexionan y escriben (dejan constancia) sobre el asunto. Yo, la verdad es que alterno entre un ir en pos de lo desconocido y una búsqueda de orden, es decir, entre intentar entender e intentar ordenar (¿para entender?). Todo esto lo creo, no tengo certezas aún.

Algunas reflexiones que me gustan ( que me acompañan) son las que siguen:

Para ser poeta hay que tener mucho tiempo/ horas y horas de soledad son el único modo/ para que se forme algo/ para dar estilo al caos (Pasolini)


Escribo sin método, pero como dice Shakespeare, "hay un método en su locura". Con esto quiero decir que no considero el acto de escribir sólo como el acto de sentarme ante el ordenador o ante la hoja de papel, rotulador en mano. "Escribir" con el rotulador o con el ordenador es posterior a una serie de otros actos: observar, imaginar, proyectar, pensar, sentir, emocionarse, vivir. Y como observar, imaginar, proyectar, pensar, sentir, emocionarse, vivir son actividades no reguladas, más bien caóticas, el acto de escribir un poema, un relato, una novela o un ensayo las organiza. La satisfacción que provoca la escritura, y su espejo, la lectura es, ante todo, la de organizar, la de estructurar, dar sentido. Y para que eso ocurra, ha sido necesario que quien escribe haya organizado, estructurado, dado sentido. (Peri Rossi)


La poesía es un esfuerzo del ser insatisfecho por encontrar satisfacción mediante las palabras (W: Stevens)


Marguerite Duras:

“Escribir: es lo único que llenaba mi vida y la hechizaba. Lo he hecho. La escritura nunca me ha abandonado.”

“Puedo decir lo que quiero, nunca descubriré por qué se escribe ni cómo se escribe.”

“Hallarse en un agujero, en el fondo de una agujero, en una soledad casi total y descubrir que sólo la escritura te salvará. No tener ningún argumento para el libro, ninguna idea de libro es encontrarse, delante de un libro. Una inmensidad vacía. Un libro posible. Delante de nada. Delante de algo así como una escritura viva y desnuda, como terrible, terrible de superar. Creo que la persona que escribe no tiene idea respecto al libro, que tiene las manos vacías, la cabeza vacía, y que, de esa aventura del libro, sólo conoce la escritura seca y desnuda, sin futuro, sin eco, lejana, con sus reglas de oro, elementales: la ortografía, el sentido.”


“No se puede escribir sin la fuerza del cuerpo. Para abordad la escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte que lo que se escribe.“

Anónimo dijo...

Gracias, Paula. Un beso.

Proyecto Maria Castaña dijo...

De las artes poéticas que compartís en tu comentario, Sergio, me quedo con ese "trabajo" imprescindible de prelectura que propone la Peri Rosi porque un poco se relaciona con lo que abordo en el primer apartado de mi ensayito: observar, imaginar, proyectar, pensar, sentir, emocionarse son actividades previas e inherentes al acto de creación.

Proyecto Maria Castaña dijo...

Carlos, fue un placer dar con tus palabras exactas para dar carnadura a algunas intuiciones que tenía en torno a la creación poética.
Yo soy quien debe darte gracias. Bienvenido a nuestro espacio.