martes, 29 de septiembre de 2009

Las lecciones del destino


Profesor Hado, por Débora Benacot. Jueves 17 de setiembre, Ciclo Elefante, Bar Iguanahaní. Alameda, Mendoza

Por Sergio Pereyra


Activando conocimientos previos

Abierto mi correo, leída la invitación (Profesor Hado por Débora Benacot. Poemas con estrella y algunos cuentos estrellados. Destino y desatino de palabras), mi cabeza comienza su tarea: ¿hado? Sí, el destino. Pero ¿sólo el destino? Como cada vez que intimo con la duda, acudo al diccionario: «Hado (Del lat. fatum). 1. m. En la tradición clásica, fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y los sucesos. 2. m. Encadenamiento fatal de los sucesos». Sí, «lo fatal» de Darío. Ahora ¿por qué Profesor Hado? ¿Es sólo un juego de palabras o detrás se ocultan segundas intenciones? Asociaciones mediante arribo al «Historia vitae magistra est» ¿Será porque, una vez cumplido, visitado en la memoria el destino nos enseña algo? ¡Ay, de mis asociaciones!

Acompañado por estas y otras ideas me embarco en Palmira rumbo a la ciudad de Mendoza, lugar en el que habrá de cumplirse el tal «evento». Como suele ocurrirme me quedo dormido. Más, merced al «hola, hola, hola» de mi compañera de asiento, es muy breve mi sueño. Entonces, pienso «debería desistir de mi siestecilla en los colectivos, pues parece que el ser despertado por los chillidos de personas que se empeñan en hablar por teléfono, y mi consiguiente malhumor, están en mi hado».


La motivación

A las 22:20 aproximadamente y con un telón de fondo musical kistch, portafolio en mano y look profesoral, entra la artista a escena. De inmediato, suspendida la incredulidad de los espectadores, lo que se supone un recital de poemas deviene parodia de una clase escolar: la profesora desde su sitial se presenta (Olga Orozco-po u Horóscopo, como gustéis), anuncia el tema (Hado: destino, predestinación, sino), enumera la bibliografía (I ching, Escuela del Futuro, La magia del tarot), formula una pregunta motivadora: «¿por qué están esta noche aquí y no en otro lugar?» y, a manera de ejemplo, narra una anécdota: «este espectáculo, con este título estaba destinado a realizarse hace un par de semanas y por motivos varios se postergó hasta hoy, 17 de setiembre, o sea, día del profesor». Creer o reventar, diría mi madre.


La clase

Metidos de lleno en «la clase», Benacot informa que ésta contará con dos partes, separadas, como no podía ser de otro modo, por un breve recreo. La primera, lírica, se subdivide en varias secciones cuyos títulos rezan: Presas del destino, Destinos adversos, MEZCL-HADOS, Señales del destino, Lo que nos depare el destino y Cuando el destino nos alcance. En cuanto a la segunda, titulada Destinos en prosa -que no es lo mismo que destinos prosaicos-, cuenta con dos secciones: EN-RED-HADOS y CONT-HADOS. Como se ve los textos merodean un tópico único. Sin embargo, tanto los motivos como el estilo espantan la monotonía. Es que Benacot se mueve con igual soltura en los terrenos de la gravedad como en los de la ironía, la parodia y el humor. ¿Es necesario aclarar que, aunque provoque la carcajada, nunca deja de ser «seria»? Menuda faena enfrentará el estudioso que pretenda catalogar el trabajo de esta poeta, renuente a los rótulos, al que perfectamente le cabe lo afirmado por Paula Jiménez del suyo propio: «en mi ultimo libro no soy la misma que en el anterior; construyo una poética en cada proceso…».


Transferencia del conocimiento

Mientras uno tras otro los textos se suceden, este cronista se pregunta dónde reside su encanto; y de pronto, cree descubrir que la magia está en la mirada de la poeta: una mirada «otra» de las cosas, que desarticula la realidad tal como habitualmente la percibimos, una mirada de niña traviesa y precozmente sabia, que, en algún sentido, recuerda la de Silvina Ocampo. Y acaso la lección, para el auditorio, resida justamente en aprender (¿reaprender?) este desautomatizar la mirada, volver nosotros también a mirar el mundo, las personas y los objetos como si fuera la primera vez.


Evaluación

Que esta «clase» cumpla con sus objetivos es mérito exclusivo de Benacot que, a sus condiciones de poeta (subjetividades al margen, estimo –y no soy el único- que es una de las voces más interesantes de la joven poesía mendocina, pues su palabra además de inteligente y honda es, como quiere Ivonne Bordelois, una palabra gozosa de su cuerpo, de las posibilidades de su cuerpo), a sus condiciones de poeta decía, suma sus dotes de lectora/intérprete de lírica: un dominio ejemplar del género, un manejo de la voz alejado tanto de las exageraciones de la declamación como del «te leo un poema como leo el diario», dan cuenta de ello. El público, agradecido.

Concluido el espectáculo, experimentamos la satisfacción de que una fuerza desconocida nos haya arrastrado irresistiblemente, allá lejos y hace tiempo, hacia la poesía y de allí a la amistad. Y más cerca, esta noche, a este bar, a esta artista.


Débora Benacot
Tres poemas inéditos

Rocío baldío

9 en una pieza para 3
por eso ella se siente libre
por las noches.

Cuando vuelve
de su prolija cacería de cartones
siempre para en una plaza desierta
taciturna
allí abre los brazos, cierra los ojos, respira la sombra,
contempla en calma las almas del verde
la ausencia de los pájaros que duermen.

Durante esos segundos
olvida un poco el hambre
el sinsabor
de manos extrañas en su ropa.

Entonces juega -sin saber-
la ritual comunión del desamparo:
y es la novia que lleva algo viejo (casi todo)
algo azul (el frío de sus pies descalzos)
algo robado (manojo de flores rancias que oficiarán de ramo)

Suspira cuando piensa, resignada,
qué perra suerte tuvo
qué lejos ve pasar por su costado
la fastuosa nave de los pocos.

En cambio,
mientras siente en los párpados cerrados
el aire libre de la noche fresca,
en su comarca de ratas y luciérnagas
ella sueña que es la reina buena
del final feliz de un cuento
que nunca le contaron.

*

Lo que nos depare el destino

El hado te ha signado
con jaquecas, dudas y torpezas.

el hado te ha negado
la belleza
el glamour
las matemáticas

Ahora que has finado
el hado, au contraire,
te ha compensado, juguetón,
con montañas de helado de pitufo
para que puedas codearte y regodearte
a perpetuidad
con toda la crema del cielo.

*

Ne me quitte pas/il faut oublier/Tout peut s'oublier
No me dejes/es necesario olvidar/todo puede olvidarse
Jacques Brel
(epígrafe cantado)


Olfateas la fragancia de su amante
en el cuello de la prenda
que estás a punto de lavarle
y en ese acto doméstico y mecánico
confirmas la peor de tus sospechas.

Qué harás ahora
-ya no eres inocente-
si él está a diez minutos
de cruzar por esa puerta.

Frenética, pones manos a la obra:
desmantelas el amor de un par de décadas,
llenas valijas y bolsos
(uno de mano alcanza para la poca dignidad
que te ha quedado).

Ahora vienen sus cosas:
prendes fuego a su colección de pipas
vacías sobre el álbum familiar
su botella del alcohol más exclusivo -acto seguido, flambeas-

estás en eso cuando
la parte racional
le toca el hombro a tu cerebro
y vuelves de un tirón a tus zapatos
a su figura hipócrita
enmarcada en el umbral
su voz
-¿Qué hay de cenar, amor?

y vos
-Nada especial, improvisé con las sobras.

15 comentarios:

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Es la crónica-secuencia didáctica más divertida que he leído en años, y eso que he producido y visto decenas de estas piezas de la literatura escolar... incluidos los tiempos para cada momento de la clase con simpáticos relojitos y todo.

Una vez más me perdí una performance legendaria por enfermedad, ¿la tercera será la vencida? Si tengo que ir con el suero colgado, ¡prometo estar!

Lamento profundamente no haberte escuchado cantar esa gran canción de Brel que sirve de epígrafe para el último poema aquí seleccionado. ¡Qué buena historia! Casi la totalidad de las historias de engaño terminan con esas frases de exquisita hipocresía y resignación y muy pocas, por más que lo declamen mil veces, hacen la gran Lorena Bobbit, ja.

sergio dijo...

Es verdad, Paula. Es una lástima que no haya asistido a la actuación de la Srta Benacot.

Es más, si lo pienso un poco, toda la crónica tiene tres objetivos. Dos presentes presentes:

1. que lean los poemas que figuran al final (son muy buenos),;
2.que alaben lo simpático, inteligente y divertido que estuve.

Uno futuro: que cuando cualquiera de los lectores de esta revista se encuentre con una gacetilla en la que se anuncie una actuación de DIB, la presencie, porque realmente es muy buena en lo que hace.

Fragaria Vesca dijo...

¡Cuánta generosidad de parte de Sergio! ¡Cuánta tristeza injustificada en Paula! Gracias por tanto, Revista El Desaguadero.

Propongo bonus track para commentaristas: quien quiera, diga un número del 1 al 16 y le voy diciendo la fortuna que le hubiese correspondido con la galletita que el público se llevó al finalizar el espectáculo. :)

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

¡12! El primero que se me cruzo... ¿será el de la buena suerte posta?

Fragaria Vesca dijo...

Fortuna #12

Tampoco ganará el Tele-Equino esta semana. Ya es hora de que deje esa obsesión por los caballos.

Profesor Hado

Hernán Schillagi dijo...

Débora: la generosidad es sólo suya. Realmente pasamos un momento muy divertido, y al mismo tiempo nos permitió pensar en los que nos depara la suerte de existir.

Como todo no podía entrar en la crónica, Sergio dijo al pasar lo de "lo que hubiéramos hecho sino estábamos en su recital". Aquí les cuento a los lectores que Débora "se hacía" la que leía el diario en la sección espectáculos y, cual standup comedy, la poeta iba haciendo comentarios ingeniosos, punzantes que arrancaban la risa de todos. Luego de eso, todos nos quedamos "a punto" para que el tridente de la poesía se nos clavara en el corazón.

Algunas observaciones, profe (se lo digo de alumno aplicado):

*Debería haber durado un poco menos la clase o hacer dos recreos.

*No centrar tanto "los objetivos" de la clase en el humor y la ironía y pasar por todos los tonos. Al menos, cuando un poema era de tono más serio (¡!) o reflexivo, yo lo agradecía inmensamente.

Ah, a mí me tocó la galleta #8. Ahora quiero la #13, ¿qué le parece?

Hernán Schillagi dijo...

Sergio: no es justo que mis comentarios a su crónica queden en los evanescentes mensajes del celular.

La verdad que quedó muy ingeniosa la estructura de la secuencia de una clase, tomando el tópico del "Profesor-hado". Así y todo Ud. deja deslizar un par de afirmaciones que valen la pena recogerlas y tratar de confrontarlas.

*Cuando cita a I. Bordelois rescata el valor de disfrutar de la forma de las palabras, ese regodeo sobre las posibilidades de jugar con el cuerpo de los vocablos que, cuando niños, lo hacíamos sin prejuicios y, de grandes, lo vamos perdiendo; ya que sólo nos preocupamos por "lo semántico" y las posibilidades de explorar (y explotar) subterráneamente a las palabras.

*Como lo que marqué en el punto anterior, partió de la lectura de los poemas de la "profe" Benacot y sus constantes y vivificantes juegos con las formas; no suena tan descabellada (ni subjetiva) la afirmación suya: "es una de las voces más interesantes de la joven poesía mendocina".

Respeto y valoro mucho cuando un cronista (periodista o cualquiera que afirme algo), hace "elogios" desde el fundamento concreto y comprobable. Es muy fácil tener un espacio y "endiosar" a los amigos, darles notas y proponerlos como la "modernidad" en la poesía. La cosa se vuelve complicada (para el bocafloja y el poeta en cuestión), cuando el lector confronta las "afirmaciones elogiosas" con el libro o una performance y empieza a haber abismales diferencias.

Fragaria Vesca dijo...

Fortuna #13

De aquí en adelante, todas sus obras serán publicadas... solamente en latín clásico.

Profesor Hado


Gracias, Hernán, por las observaciones. Serán tenidas en cuenta para futuras clases. En cuanto al "tono", quizá en la próxima Feria del Libro de Mendoza lea algunos poemas con clima más reflexivo y menos jocoso.

Fernando G. Toledo dijo...

DÉBORA:
No tuve el hado (no helado) de asistir a tu conferencia poética, pero como la crónica de Sergio es muy completa y dado que las observaciones de Hernán han sido recibidas, sólo se me ocurre lo siguiente: quizá podrías titular entonces tu performance en la feria:

«Ser y edad. Débora Benacot sienta cabeza» (*)

(*) Dejo a vosotros los retruécanos correspondientes a esa frase hecha de «sentar cabeza», dado que resta saber que si se sienta con lo que se debería pensar, ¿se piensa con lo que se debería sentar?

Hernán Schillagi dijo...

Amigos: debo aclarar que cuando hable de poemas "serios", no hablé en ningún momento de solemnidad, sino simplemente de los poemas que nos apuntan al humor. Debo decir que, por más intención graciosa que tengan los textos, siempre apuntan más allá y no se quedan en la superficie.

Pd: mañana amplío el boletín, me encantó mi "hado" (¿también podré reeditarme en latín vulgar?).

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Yo juego a la nocturna cada tanto... pero de caballos nada. Por las dudas no paso por la agencia en toda la semana.

Hernán Schillagi dijo...

Me-"hado" por los elefantes de la rutina no he podido acercarme con el tiempo suficiente para ampliar lo que dije.

Con respecto a las "performances" y a cierta movida que se viene gestando con una continuidad inédita, realmente lo celebro. El Ciclo Elefante y otros que estan surgiendo (esporádicos, pero con valentía) demuestran que las voces tímidas van ganando firmeza.

Sé que algunos seguirán leyendo los poemas como si repasaran la lista del supermercado, otros maltratarán con furcios el castellano de sus poemas, y (ojalá sean los menos) están los que pensarán que una "lectura" es ir a mostrar cuán canchero soy frente a un micrófono. ¿La poesía? Bien, gracias.

En el caso de Débora Benacot se notó un respeto irreverente hacia el público. Es muy valioso que "el vientecillo de la libertad" se colara entre verso y verso para despeinar al más desprevenido.Su voz probada que busca el tono justo, le dio un plus a lo que proponían los poemas.

Fernando G. Toledo dijo...

Off topic autobomberil:

http://www.diariouno.com.ar/contenidos/2009/10/08/El-nuevo-libro-de-Fernando-G.-Toledo-0026.html

Cecilia Restiffo dijo...

Amigos: por lo visto el grupo de poetas- escribas del desaguadero, tiene en lo más íntimo alma de comediante, no puedo sumarme a la farragosa carrera de chistes que han expuesto pues mi nohumorgenético me lo impide, eso sí como deseo fervientemente dejar mi carrera docente para convertirme en RRPP propongo organizar una performance con los cuatro, en la cual se fusionen poemas, música, y obviamente chistes y chascarrillos al paso para la dama y el caballero.
Párrafo aparte merece la crónica de Pereyra: es asombroso su talento para hacer notar los detalles que hacen la diferencia, es Ud. un gran observador!
Su relato me emocionó y me confirmó lo que siempre he pensado: en Débora tenemos sangre de poeta. Los textos difundidos aquí así lo demuestran, qué bueno es sostener una palabra desde la calidad y la humildad como lo hace esta escritora, como dijo Reyna Reech: "me saco el chapó", y la próxima juro que dejo el presentismo de lado y voy!

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Cecilia, en todo grupo hace falta un alma organizadora, así que usted haga y deshaga con este caos la performance que quiera. A mí el humor se me da en la escritura, sería la más "Quino" del espectáculo... pero como decimos con el amigo Sergio, por ahí, si nos sirven un vinito antes hasta nos disfrazamos y todo.