viernes, 3 de julio de 2009

Ropa sucia, afuera



Crónica de "Textos colgados" por Hernán Schillagi. Ciclo Elefante. Bar Iguanahani, 18 de junio de 2009.




por Paula Seufferheld

Un espacio generoso donde se presentan autores reconocidos y emergentes. Un lugar abierto a las más variadas performances literarias. Un sitio que busca alejarse de las «lecturas públicas» tradicionales porque entiende que la literatura no solo es emoción y reflexión sino también diversión. Todo eso y mucho más es –y, esperamos, seguirá siendo- el Ciclo Elefante. Creado en febrero de 2008, sus organizadores Leandro Hidalgo (foto de la derecha) y Daniel Potachner han programado de manera casi ininterrumpida recitales literarios todos los jueves en el bar Iguanahani de la Alameda.

El 18 de junio, –jueves, por supuesto-, un rato después de las 22, una de «las jóvenes promesas» de la redacción de esta revista, Hernán Schillagi, sorprendió a amigos y desconocidos con un original y muy cálido recital de «textos colgados». La mayoría del material que leyó está en Internet en su blog Quebrantapájaros. También había textos inéditos y otros que han sido publicados en sus poemarios.

Literatura de cordel

En el escenario no había mesa, ni papeles, ni micrófono ocioso de poeta oficinista. En primer lugar, el público se encontraba con una cuerda que sostenía con broches de ropa una serie de escritos que pronto develarían su belleza. Aquí los textos eran textura, trama, tela expuesta. Mucho tiempo colgados, buscaban la libertad de la palabra dicha. En un costado de esta lavandería literaria, Schillagi había dispuesto sus materiales de trabajo: jabón en polvo, suavizantes y quitamanchas. En el centro de la escena, un pie sostenía un micrófono: «¿también cantaría este talento argentino?», se interrogó, un poco asustada, la cronista de este evento.

Después de haber comido y bebido y casi imitando a nuestros ancestros que en torno a la hoguera escuchaban las historias mágicas de sus poetas, el grupo de asistentes fuimos silenciando roces y murmullos para que el artista de pie explicara el porqué de su selección: «Si uno pudiera escaparse de las redes, Internet se hubiera llamado Interjail. Un estar entre jaulas, constantemente saltando de una a otra sin poder salir. Por eso estos ‘textos colgados’ en la red de redes, con el abismo como único fondo. Por eso esta cuerda, también, donde están tendidos al sol de la pantalla azul poemas, relatos breves, textos mestizos y cimarrones».

¡A descolgar, que se viene la lluvia!

El recital se dividió en dos tandas. El tema de Radiohead, Airbag, sirvió de fondo musical para comenzar la primera. El poeta decidió apelar al erotismo para abrir su lectura. Sus palabras calientes, sus «textos húmedos», como los denominó, rozaron los oídos y el cuerpo todo de los presentes. Mientras el tono de voz y las pausas justas creaban imágenes sensoriales potentes, cada uno de los que estábamos allí extraía de su recuerdo algún momento íntimo y feliz. ¿Schillagi pretendió romper el hielo? Esta cronista afirma que incendió el lugar. Y los bomberos estaban lejos. Y nadie iba a ir a buscarlos. Y, en realidad, valía la pena quemarse y gritar hasta derrumbar las paredes de placer como el protagonista del relato Un nuevo hogar. Además de este escrito, en el bloque de «textos húmedos», Hernán leyó: El amor en los tiempos del dengue y El dragón pregunta. En el segundo bloque de esta tanda, aparecieron los textos más expuestos, aquellos «con mucho sol», a decir del poeta, ya que saltaron de la pantalla azul al papel en blanco y hoy son parte de su material publicado: Saliste de mí me encontraste, El sabor de lo perdido recuperado y Tu nombre todo. La que escribe siente particular debilidad por este último poema y su protagonista Marta. Quizás porque encuentra resonancias con su vida presente. Quizás porque todas las nubes son ahora gris marta. Quizás porque sus cielorrasos también se agrietan por las dudas.

El intervalo fue breve. Tiempo suficiente para que Radiohead siguiera sonando, los fumadores tomaran aire fresco, se sumarán nuevos asistentes y los amigos felicitáramos al poeta por el desarrollo de su recital. También hubo muchas fotos, había que registrar el suceso y la «puesta en escena» creada por el poeta porque, ya sabemos, «hay que verla para contarla».

La segunda tanda empezó con «textos mezclados» pero no revueltos. No había una media negra que iba a volver grises todas las camisetas. No. Eran más bien textos teñidos por los colores vivos del humor: zumbón, atrevido y hasta con ciertos toques de picardía de barrio. En El origen de las ficciones cotidianas el relato comienza como una historia de terror y no es para menos: ¡un joven encuentra en la noche negra de su pelo el rayo de su primera cana! Las risas aflojaron a los presentes; incluso, hubo alguna que otra carcajada cuando Schillagi leyó los peculiares Puntos de vista del narrador que persigue en su bicicleta las bondades de una cola femenina. Este bloque incluyó también Deshacer la escritura.

El recital finalizó con «textos ásperos», esa ropa que necesita suavizante para sacarle la mugre, que, por otra parte, nunca se va del todo. Camisetas viejas, jeans gastados como los que seguramente usan los pibes que se encuentran en Camino del espejo. El tono de la lectura se volvió grave, invitando al público a reflexionar sobre la muerte y la marginalidad. Además del relato citado, el poeta leyó La breve y Lo que dura un cigarrillo. En medio de un aplauso cerrado, Hernán se despidió excusándose: «tengo una pila infernal para planchar». Quien escribe pensó que el planchado no era una buena idea. Estos textos eran bellos por sus asperezas, por sus pliegues caprichosos, por sus entramados firmes pero también sutiles. Arrugados y rebeldes como nacieron en la pantalla azul, como viven ahora para envolvernos en los días fríos.

¡A revolver los cupones!

El humor volvió en el cierre de la noche cuando se sortearon dos libros de Schillagi (Primera persona). Otro de nuestros redactores, Sergio Pereyra, se ofreció como «susano» para agitar la canasta con los números de los presentes. Los ganadores no tenían Primera Persona y quedaron encantados con el premio. Es más, demostraron un cholulismo tan exultante que no se fueron del bar hasta que el poeta, de puño y letra, les dedicara sus ejemplares.

Después de brindar por el éxito de la presentación, esta cronista llevó a sus hogares al «susano» y al escritor. ¡Y sí!, uno de sus temores iniciales se volvió realidad sonora. Schillagi, finalmente, cantó. Primero como Sandro y después como Fito. El viaje de regreso, desafinado y todo, fue divertido. Volvíamos a nuestro este, a nuestro Desaguadero que insiste con sus crecidas para bañarnos de buenos momentos y de poesía.



Dos «Textos colgados» de Hernán Schillagi




el sabor de lo perdido recuperado

fría no la soporta la boca
así que se encuentra sobre la heladera

el rallador muestra sumiso
sus dientes desparejos al fruto
del pecado original
porque es la manzana la que le ofrece
su piel de sangre
y mi mano sube baja
rodea las paredes espinosas
para ver cómo los trozos caen al plato
a la infancia
de una tarde de verano en que tres primos
hacían realidad la metáfora

ellos conocían bien el juego
cuando la botella dejó sin apuntar a uno

entonces se quedó tras la puerta
para sólo mirar mientras una serpiente
le crecía torva por debajo del pantalón


De Pájaros de tierra (Libros de Piedra Infinita, 2008)



Lo que dura un cigarrillo

Está sentada en el umbral. Los pies separados y sus rodillas juntas hacen crecer un triángulo falaz. Espera. Tiene el codo clavado en el vértice superior y desde allí se extiende el brazo. Gesto de sostener por una eternidad un marlboro. Desespera. El humo le hace rulos a su melena oscura. La boca se le abre para volverse más amarga. Una boca que dijo, Sabías cuidar de mí. Como un perro, me lamías antes de enterrarme.

La esperanza también puede ser un hueso sucio. Bocanada final.


(Inédito)

19 comentarios:

Cecilia Restiffo dijo...

Paula: ¡qué pena no haber podido ir! Pareciera que lo estoy viendo, me encantó la crónica, y sí yo también tengo mi preferencia por TU NOMBRE TODO, es un poema que siempre me conmueve ya que me hace acordar a una Marta muy importante en mi vida.
Párrafo aparte merece la "performance", creo que además de ingeniosa tiene que ver con una idea que atraviesa los textos " colgados" y es ese aire siempre nuevo y espontáneo que da internet, creo que es una manera de que el texto entre en juego con el lector y se retroalimente.
Lo del "susano" al lado de la cuponera creo que debería imponerse en todos los recitales, porque además de que alguno se saque el gusto de revolver los papelitos ante la cámara, es otra forma de hacer circular los libros y atraer al público, o nadie fue a ninguna cena de bancarios con la secreta esperanza de llevarse la aspiradora ultracom?
Repito me encantó la crónica, pero lo de desafinado no lo creo además de escribir, canta hermosamente PENUMBRAS, de Sandro entre otros hits.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Ceci, para los que conocíamos estos "textos colgados" por Quebrantapájaros, todos eran columpios para balancearse y disfrutar. Cuando escuchaba algunos en el recital, resonaban como un coro en mi mente los comentarios que hacíamos sobre ellos. Tan divertidos, tan estimulantes. Es cierto, nos íbamos por las ramas, pero la pasábamos bien. María Castaña, que había nacido en Quebrantapájaros, tuvo que irse del cíber donde estaba, llena de palpitaciones y acalorada cuando leyó lo del "dragón", ja.

Sobre "Penumbras" el único que la canta maravillosamente es Roberto. Punto.
¿Puede haber versiones pasables? Puede. ¿Es el caso de Schillagi? Concedámosle un sí entre dientes.
Te acepto el "hermosamente" como un acto que confirma tu amor incondicional. Y ya sabemos como es el amor en eso de distorsionar las percepciones, aquello que siempre repiten de que es un poco SORDO, ciego, mudo y demás. Desde la objetividad de la amistad las cosas se ven con el cristal transparente de la cruda realidad. (Espero que tomen estas palabras en broma, los quiero).

Hernán: En serio, canta lo que se te dé la gana, es tan lindo cantar. Yo soy la menos indicada para criticar porque lo hago espantosamente, pero me encanta y eso está bueno.

Un beso y a escribir, cantar, leer, ver pelis, que encerraditos como vamos a estar, tendremos mucho tiempo para todo eso y más.

Silvio dijo...

Siempre tan atinado nuestro amigo Hernán. Y coincido con la Ceci, Tu nombre todo deberá ser leido en cuanto recital o presentación haga nuestro amigo de aca a unos cinco años en adelante.
Bárbara la crónica, que no es la de una muerte anunciada ni mucho menos, todo lo contrario.
Abrazos.

Silvio dijo...

PD: Que linda la foto de la Ceci! Con una onda susana

Proyecto Maria Castaña dijo...

Silvio:

Es una nota de nacimientos culturales, una crónica de una continuidad y coherencia como pocas: la que tiene nuestro amigo Hernán.
Sobre TU NOMBRE TODO, creo que en el inconsciente colectivo ya se llama MARTA, pese lo que le pese al autor. Es más, tiro una sugerencia, yo creo que este poema bien podría tener destino de canción.

Y sí, la Cecilia parece estar haciendo los comerciales de SHOCK de la Su en sus años mozos.

Proyecto Maria Castaña dijo...

Los chicos de Elefante leyeron esto y dejo lo que me transmitieron por mail, gracias miles a ellos:

Hola Paula, acabo de leer la nota, está buenísima. También lo que le toca al Elefante.
Cuando quieras escribir sobre el ciclo, sólo tenés que avisarme y te paso toda la info. Todos los escritores del "desaguadero" están invitados a leer y compartir sus obras en nuestro humilde Elefante.
un beso,
Leandro Hidalgo.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: muy buena tu crónica, es como si hubiera estado allí. Y lo que digo no es broma; ya que, cuando es uno solo el que está en el escenario, no tiene mucha idea de cómo se ve. Sólo a través de los comentarios, críticas, silencios y aplausos, te terminás dando cuenta de cómo estuvo el espectáculo. Has sido unos buenos ojos y oídos que, al compás del corazón, escribiste estas palabras.

Con respecto a mi "carrera" como cantante, te prometo que no saldrá del cubículo de tu auto o de algún cumpleaños donde una cerveza me empuje a cantar. Así y todo, dejo mi e-mail para contrataciones, jaja!

Hernán Schillagi dijo...

Silvio: bienvenido a este blog! Gracias por asistir a los "Textos colgados". Lo de "coherencia" lo dirás por otro, ja.

Con respecto a "Tu nombre todo". lo dije esa noche: si no lo leía me prendían fuego el café. Realmente, las satisfacciones mayores que puede darte la poesía es la de que los lectores tomen un poema y lo hagan suyo.

Un abrazo, y espero que nos visites más seguidos. Aunque si es como lo hacés físicamente, esperaré sentado.

Hernán Schillagi dijo...

Cecilia: tu sugerencia sobre el "susano" es interesante. Salió espontáneamente esa noche. Pero veo que ahora querrá que le escriba unas líneas de diálogo en el show, que salga su nombre en las invitaciones y un camarín propio. ¿Podremos llamarlo "hernano"? Me parece que no da.

Por otro lado, apenas Leandro Hidalgo me invitó, se me ocurrió leer en su mayoría estos textos subidos a la red; debido a que tenían rodaje virtual, pero nunca los había probado frente al público. Para mí fue un placer y un desafío.

gustavo dijo...

Después vinieron los performers... por suerte. Basta comparar esta crónica con otras en esta misma revista sobre lecturas con "micrófonos de oficinista", para darse cuenta de lo bien que viene usar la imaginación de vez en cuando, hasta parece que se divirtieron y todo.
saludo la idea de la perfo, y la existencia de espacios abiertos a la creatividad como el ciclo elefante.
sigan modernizándose

Gust-Evo

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Hernán:
"hernano", suena a hernani -muy trágico- o hermano. Mejor "susano". Que siga asistiendo, si necesita toda la producción que imaginás, se la damos, su momento -está comprobado- roba la noche, ja. Obviamente que tiene que asistir también Susana-Cecilia así nuestro amigo se siente el divo que realmente es.

Besos

Hernán Schillagi dijo...

Paula: la verdad es que el "shock" de Cecilia más Sergio serían dinamita. Un beso.

Yvan dijo...

Hernan... hubiese querido estar alli, pero no fue posible.
Despues de casi 6 años sin fumar (aquellos 2 paquetes diarios) y sabiendo milimetricamente cuanto dura un cigarrillo (segun el contexto), me han quedado los pulmones llenos de un hermoso humo al leer la crónica en el desaguadero.

un abrazo

Hernán Schillagi dijo...

Yvan: también yo hubiese querido estar, la semana anterior a mi lectura, en la tuya del Ciclo Elefante. Demás está decir que si uno va más de una vez te agarra "elefantitis" y querés ir siempre.

Qué bueno que lo del cigarrillo sea un buen recuerdo. Yo no fumo, pero a veces lo que nos hace mal deja huellas profundas, deformes, pero deslumbrantes. Un poco como lo que le pasa a esta chica del relatito.

Estate atento, porque al final de la semana sale el informe donde vos sos uno de los protagonistas.

Un abrazo grande como un elefante.

Hernán Schillagi dijo...

Quiero, de paso, avisar que los jueves 9 y 16 de julio (por los motivos que todos conocemos), el Ciclo Elefante estará suspendido. Volverían el 23 con una performance de Eliana Drajer.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Ah Hernán, estoy trabajando una intertextualidad con LO QUE DURA..., ¿puedo?
Un secreto que nunca te conté: HEMBRA DRAGÓN nace de EL DRAGÓN PREGUNTA.
Viejo maestro usted es como Homero y yo Denevi.

Un abrazo discípulo.

Hernán Schillagi dijo...

Paula: sí, algo sospechaba. El mío partía del gestito interrogativo de los tres dedos (el pulgar, el índice y el medio) amuchaditos, para pasar a una duda más hot (y profunda), jaja. Están buenas las correspondencias, más allá de quién las escribió primero. Ah, y a los maestros dejalos en las escuelas junto al pizarrón.

sergio dijo...

Tarde, muy tarde comento. Fue una muy linda noche: bien el espectáculo, bien los contertulios, -modestamente- encantador el susano.Ja.

No, de veras, fue muy ingeniosa la puesta, muy bien seleccionados los textos y sobre todo muy bien leídos. Lo felicito.

Fragaria Vesca dijo...

Fue un placer, como siempre, estar en el vértice mismo de la poesía con tanta gente querida. El amigo Hernán se lució con sus versos tendidos, trapitos de todos los colores y los gustos para deleite de los presentes. Sergio se dio el gusto y fue 'susano por un ratito', sin necesidad de andar corriendo ni hacer el ridículo. :) Paula hizo la crónica de mil maravillas.